Comenzamos con una nueva sección clave del blog: Familia y tecnología.
Y es que cada día más nuestra casa y nuestras relaciones familiares están repletas de tecnología. Todos sabemos que la tecnología tiene infinitud de ventajas, por eso la usamos cada día en un montón de ocasiones, pero es bueno también recordar que su uso comprende ciertos riesgos que es conveniente conocer y gestionar.
Hay que ponerse manos a la obra y dedicarle un tiempo porque lo cierto es que la tecnología es cada día más compleja y avanza cada día a mayor velocidad. O nos dedicamos un rato a entenderla y controlarla o acabaremos viviendo a su antojo.
En esta sección revisaremos las conexiones, dispositivos tecnológicos y malas prácticas más habituales en los hogares y familias y daremos pautas de uso responsable y seguro de estas tecnologías para gestionar y minimizar los riesgos que conllevan.
Para ayudarme con esta sección cuento con la ayuda de María Rubio, experta en asistencia y organización digital, autora del portal Mundo Microtareas y primera profesional de nuestro Dommuss Advisor (sección de servicios y profesionales recomendados), que está haciendo un magnífico estudio súper exhaustivo de todos estos temas. Gracias a ella, vamos a poder hacer un mejor uso de las tecnologías.
Empezamos hoy con lo que yo creo que más utlizamos a diario en nuestras casas: la conexión WiFi. Utilizamos nuestra red WiFi para conectar nuestros ordenadores, móviles y tablets a internet pero en breve, la utilizaremos también para conectar las persianas, la nevera y si me apuras, el tostador 🙂