Mi pequeño garbancillo de la casa está aprendiendo a andar y tenemos que tener 1.000 ojos encima. Y la verdad es que no estamos muy acostumbrados. Su hermana es y era muy prudente. Para que os hagáis una idea, ni siquiera tuvimos que tapar los enchufes porque jamás le llamaron ni un poquito la atención. Creo que solo se pilló los dedos con un cajón una vez.
Pero este pequeñajo es un inquieto. Todo lo toca, todo lo abre y a todos sitios quiere llegar. Y en este proceso se está dando un montón de coscorrones.
El otro día uno de sus golpes no se quedó en un mero coscorrón. Tuvimos muy mala suerte y justo se cayó encima de una piececita de puzzle de estas de madera que se encajan en una base. Pues se clavó el palito que tiene para agarrarlas. Y no era como otros, más anchote y romo. Era delgado, puntiagudo y de plástico duro. Se lo clavó tal cual en la cabeza. Y se hizo la consecuente brecha, claro. Nuestra primera emergencia doméstica.
Al principio, cuando vi cómo salía la sangre, reconozco que me asusté y me puse nerviosa. Pero la verdad es que en seguida recordé todos los consejos de nuestra colaboradora Mariela Ghiggi, pediatra autora de la web Emergencia Infantiles, del post de traumatismos de cráneo graves y vi que el niño lloraba, que es una buena señal y que más allá del dolor y de la herida, se encontraba bien -no actuaba raro, ni tenía los ojos extraños, etc.. ¡Qué bueno es tener la información en estos casos!.
Y como mi marido es muy tranquilo también, eso ayuda mucho. Le cortamos la hemorragia con unas gasas y una vez controlada, le intentamos poner los puntos de proximidad que tenía en casa de cuando revisé el botiquín. Con el pelo no se pegaban bien así que nos acercamos a urgencias para que se lo curaran. Y de allí volvimos con nuestro hombrecito, dos grapas, una galleta y una sonrisa en la cara como si no hubiera pasado nada.
Así que todo quedó en un susto. Pero en realidad no es de esto de lo que quería hablaros. Lo que quería contaros es la reflexión que he hecho a posteriori. Porque en realidad el golpe fue muy aparatoso pero no grave. Y además estábamos Andrés y yo en casa con lo cual podíamos operar mucho mejor. Uno lo cogía, otro iba a por las gasas; uno preparaba las cosas, el otro conducía, etc.
Pero pensé si estábamos igual de preparados para reaccionar ante una emergencia doméstica si no estabámos los dos o ninguno de los dos en casa.
Por eso he adoptado tres medidas para que todos podamos reaccionar ante una emergencia doméstica y estar tranquila de que en estos casos, se podrá tener todo controlado. Hay algunas cosas, que ya las teníamos y otras que las he incluido.
Tres medidas sencillas pero súper útiles para reaccionar ante una emergencia doméstica.
#1. Tarjetas de salud, tanto las de la Seguridad Social como a las del seguro privado, si tenéis, siempre a mano.
En este sentido, hacemos dos cosas, que ya veníamos haciendo antes de la brecha del otro día.
Una cartera con todas las tarjetas: Esto ya lo hacíamos de antes. En vez de que guarde las tarjetas el padre o la madre, que además de que si tienes varios hijos y un seguro a parte de la seguridad social, ya has llenado la cartera, tenemos una cartera específica para guardarlas que está siempre guardada en la cómoda de la entrada. Así el que vaya a llevar al médico a los niños, la coge y punto.
Y si hay una emergencia, sólo hay que cogerla sin pensar antes de salir. Y aunque no estén los padres en casa y en ese momento estén con la abuela o una cuidadora. Todo el mundo las tendrá a mano.
Fotos de las tarjetas disponibles en dommuss: Puede suceder, como nos pasó a nosotros el otro día, que con los nervios se os olvide coger la cartera o que estés en ese momento fuera de casa. Para este caso es muy útil tener las tarjetas en el móvil. Porque aunque no la puedan pasar tienen el número y con eso pueden funcionar.
Nosotros las hemos incluido en el módulo de fotos de dommuss para no tener que tenerlas cada uno en su móvil, que luego no se encuentran o hay que hacer una carpeta específica y es más lío.
Aún así, para quedarnos tranquilos, tener las tarjetas no es crucial porque si se trata de una urgencia os van a atender al niño en cualquier caso. Y ya se solucionará el tema con la Seguridad Social o el seguro después.
#2. Tener algo de dinero siempre disponible en casa para poder coger un taxi en cualquier momento
Esta es una medida sencilla pero muy práctica. Porque si sucede en un momento que no estemos los padres en casa, que la persona que los esté cuidando no tenga problema para acercarse a que vean a los niños por no contar con dinero en ese momento.
Esto no lo hacíamos antes pero ya he metido 40€ en la cartera de las tarjetas de salud y resuelto 🙂
#3. Teléfonos y direcciones de emergencia siempre a mano
Yo ya tenía incluido el teléfono de la guarde, las abuelas y el 112 de emergencias en el módulo de contactos de dommuss. Pero desde el golpe del otro día, como fue en domingo, ahora también he incluido la dirección del hospital con urgencias pediátricas más cercano. Y por recomendación de una amiga pediatra, he incluido también 916520042 el teléfono de emergencias toxicológicas del Instituto Nacional De Toxicología Información Y Emergencias Toxicologicas.
En el dommuss que tenéis creado por defecto cuando os dais de alta, ya aparecen estos teléfonos. Los del hospital como ejemplo para que lo editéis con el vuestro.
Gracias al sistema de permisos, este módulo lo compartimos con la persona que nos ayuda en casa y así ella también cuenta con toda la información.
Espero que estas tres medidas os ayuden a afrontar alguna emergencia doméstica que pueda suceder. Y sobre todo espero que no las tengamos que usar.
Por cierto, en este post tenéis las 5 emergencias domésticas más comunes y en esta sección todos los post relacionados con la salud de los niños.