Yo creo que somos más los que cada día nos preocupamos por la alimentación. Por tener una alimentación saludable. Yo, desde luego, lo hago. En casa intentamos comer variado y completo (gracias a nuestro súper planificador del menú semanal), y cada vez miro más las etiquetas, etc. Pero la verdad, tampoco me obsesiono. Sé que aunque algunos días nos pasemos y comamos de más o cosas más grasientas o azucaradas seguimos teniendo una alimentación variada y buena, bastante mejor que la de nuestros abuelos en la postguerra (a parte de la escasez, en esa época se cocinaba casi todo con manteca de cerdo) e incluso, más variada si me apuras que la de nuestros padres (mi madre, de familia numerosa, asegura que de pequeña comía casi a diario cocido, que es un plato muy completo y muy sano pero aún así, algún día pescadito…)
Pero sí creo que todo lo que hagamos por comer mejor redundará en nuestra salud y calidad de vida. Y para ello es importante formarnos e informarnos. Y si podemos, desde pequeñitos.
Porque con una alimentación infantil saludable, nos acostumbramos a comer bien cuando somos pequeños, ese buen hábito y tan saludable se quedará con nosotros toda la vida. Jamie Olivier, el famoso cocinero inglés, ha iniciado una cruzada en este sentido. Podéis ver su conferencia de TED “El deseo de Jamie Olivier: enseñar a todos los niños acerca de la comida” en el que da muchos datos de por qué en el primer mundo (EE.UU. y Reino Unido sobre todo) la mala alimentación es un problema grave y muchas propuestas para resolverlo.
Precisamente de eso, de cómo intentar que nuestros hijos coman bien, hemos hablado con Nur Al Ali, nutricionista y fundadora de Como Como School, una empresa con la misión de enseñar a los niños los hábitos y ventajas de una buena alimentación. Aquí os dejo sus consejos.
¿En qué se debería diferenciar el menú infantil del del resto de la familia? ¿Qué hay que reforzar o limitar para conseguir una alimentación infantil saludable?
La alimentación infantil es muy importante por dos razones. La primera es que los niños se encuentran en edad de crecimiento, por lo que tenemos que asegurarles todos los nutrientes necesarios con el objetivo de que crezcan y de que su rendimiento físico y mental sea el adecuado. Y la segunda razón, es que la edad infantil es la edad idónea dónde empezar a inculcar buenos hábitos alimentarios de los que podrán disfrutar durante su niñez y durante su futura edad adulta.
Realmente, los niños tienen que alimentarse según los principios de alimentación saludable que ya has explicado anteriormente en el blog y que se pueden aplicar a toda la familia, pero cabe destacar que hay que reforzar que tomen diariamente 2 raciones de verduras (una de estas raciones en crudo), 3 raciones de frutas, y limitar aquellos productos industriales en los que el azúcar sea el protagonista y que contengan un exceso de grasas, por ejemplo la bollería industrial, galletas, cremas de cacao, chocolates, cacao soluble, y un largo etcétera
¿Cómo hacer que a los niños les guste más la verdura y la fruta?
Debemos saber que en esta labor de enamorar a los niños de las frutas y las verduras debemos tener mucha paciencia y nunca tirar la toalla. Aquí van 5 recomendaciones que podemos poner en marcha:
- Realizar comidas familiares agradables: lo primero de todo es crear un ambiente agradable alrededor de la mesa, con el fin de que la hora de comer o de cenar sea un rato familiar divertido y no una guerra constante. Esto nos será de gran ayuda si queremos que nuestro niño tome más verduras y frutas.
- No obligar a comer: nunca jamás debemos de obligar a un niño comer, nuestra responsabilidad es ofrecer la comida nunca obligar. Los niños relacionan los alimentos con las experiencias, así una cena en la que hayamos discutido porque nuestro niño no quería comer la coliflor, conseguirá que el niño relacione la coliflor con un momento desagradable y esta relación se almacenará entre sus recuerdos. Mientras que, si conseguimos que se anime a comer la coliflor entre risas y en un ambiente relajado y divertido, relacionará el alimento coliflor con un recuerdo familiar agradable.
- Dar ejemplo parental: los niños ven acciones y las imitan, y queremos que vean que la familia y toma los mismos alimentos.
- Variar en la receta: A día de hoy y gracias a internet, podemos encontrar que un mismo alimento se puede cocinar de mil y una formas distintas, ya sea aromatizado con especias y hierbas aromáticas, mezclado con otros alimentos o variando en la forma de cocción. ¿Quién sabe? puede que nuestro niño no acepte el brócoli cocido, pero si un gratinado de brócoli.
- Y por último introducir al niño en el mundo de la cocina: Pretendemos que el niño pueda percibir a los alimentos con los 5 sentidos, que los toque, los huela, los vea, incluso que escuche como se trocean o cocinan y por último que lo deguste. Muchas investigaciones científicas han puesto de manifiesto que la cocina es una herramienta últi en mejorar los hábitos alimentarios de los niños. Puede que la primera vez que cocinemos con nuestro niño, no se anime a probar lo cocinado, pero hemos dado un gran paso porque ha tocado el alimento y ha tratado con él, y lo más seguro es que tras varias interacciones si se anime a probarlos
¿Qué snacks saludables podemos ofrecer a los niños para evitar azúcar y grasas malas?
- Frutas y verduras
- Frutos secos: almendras, cacahuetes, nueces, etc.
- Yogur blanco acompañado de fruta
- Bocadillos de pan integral con rellenos saludables (es decir, que no sea un relleno rico en grasas o en azúcar): crema de cacahuetes, queso y tomate, patés vegetales, cremas de cacao caseras…
- Galletas caseras de avena y plátano
- Palomitas (hechas por nosotros en la olla mejor que las típicas de microondas que son ricas en grasas y en sal)
- Copos de cereales integrales, refiriéndome a copos de avena, copos de maíz, copos de trigo, espelta inflada, etc.
Mil gracias Nur, lo pondremos en práctica 🙂