Hablamos de viajar con niños con Pau G. Solbes, autor de El Pachinko

viajar con niños

A sus siete años, Teo ya conoce Corea, Japón, Tailandia, Nueva York, México… Lleva algo de ventaja a su hermano Oriol, de cuatro, aunque el pequeño de la casa puede presumir de haber cogido un avión antes que ningún otro miembro de la familia: a los 20 días de vida, Oriol ya conoció la sensación de volar entre las nubes a miles de metros de altura. Y le gustó. Tanto que ahora una de sus preguntas favoritas es cuál será el próximo viaje.

Los “culpables” de esa afición son sus padres, Pau y Vero, dos viajeros empedernidos que comenzaron a contar sus experiencias acerca de los países que visitaban hace casi 10 años en el blog El Pachinko. Cuando nacieron los peques se incorporaron al equipo de viajeros y aquel espacio se convirtió en un blog de viajes en familia. Por eso ahora, gracias a sus consejos, decenas de miles de familias conocen mundo con la tranquilidad de quien viaja bien aconsejado. Prueba de que su blog es uno de los merece la pena seguir si sois aficionados a hacer las maletas es que el año pasado, Pau recibió el premio #BlogueroGold al mejor blog de viajes, uno de los galardones más prestigiosos de la globosfera. Hablamos con él de consejos prácticos para viajar con niños y de todo lo que aporta la experiencia de viajar en familia, ¡que es mucho!

¿Cómo ha cambiado vuestra forma de viajar desde que habéis empezado a viajar con niños?

El ritmo que tienen los niños es muy distinto al que tienen los adultos, pero eso no nos ha limitado. Simplemente a la hora de fijar un destino ahora siempre buscamos que haya buenas infraestructuras sanitarias (por si acaso), además de que procuramos pensar en su seguridad, evitando los países más conflictivos. Si la respuesta es que no hay ningún problema en ese sentido nos lanzamos a la aventura independientemente de que sea un destino cercano o lejano.

¿Son viajes a la medida de los peques?

Procuramos que los viajes no sean exclusivamente para los niños. Al final no se van a enterar muy bien de las nuevas realidades que están visitando si los metes siempre en parques temáticos o en museos enfocados exclusivamente a niños.

Lo que nos gusta de viajar es precisamente conocer otras culturas y realidades del mundo, y para ello hay que procurar no encerrarse en eso. Aparte de que los adultos nos aburriríamos, creo que así se pierde la gracia de viajar. Tenemos que intentar encontrar un equilibrio.

¿Y ahora viajáis de otra forma también cuando vais solos?

Probablemente antes, cuando viajábamos solo Vero y yo, en un día intentábamos ver un montón de cosas y hacer muchas actividades. Con los niños nos hemos dado cuenta que es mejor hacer una o dos actividades bien hechas para que todos disfrutemos que seguir un itinerario con el que acaben aburridos, hartos, cansados… En ese sentido sí hemos cambiado la forma de viajar, porque eso nos ha venido bien a todos. Yo me lo aplico ahora cuando viajo solo. Si paras para descansar tienes más tiempo para observar lo que te rodea de otra forma. A veces nos obsesionamos con ver muchas cosas y al final abarcar mucho no sirve de tanto.

¿Habéis viajado con ellos desde que eran bebés?

Sí, ahora Teo tiene 7 y Oriol 4, pero llevan viajando casi desde que nacieron. De hecho, cuando Vero se quedó embarazada ya nos habíamos comprado un billete para nuestro segundo viaje a Japón, así que viajaron ya desde la tripita.

Recuerdo que cuando tuvimos a Teo tuvimos una charla aquí en casa sobre qué íbamos a hacer a partir de entonces con nuestros viajes, y la verdad es que el debate duró poco, a los dos nos parecía buena idea seguir viajando. El primer viaje con Teo al extranjero, cogiendo avión y demás, fue a sus cuatro meses y Oriol era aún más pequeño, a los 20 días ya estábamos de viaje.

¿Les gusta a los niños viajar tanto como a vosotros?

Les encanta. Gracias a mi trabajo creo que podemos viajar bastante más que la mayoría de las familias porque prácticamente tengo un par de viajes cada mes y aunque no vienen a todos casi siempre tienen la oportunidad de viajar conmigo. Siempre nos están preguntando cuál es el próximo viaje y recuerdan a diario un montón de cosas de viajes pasados. Esta mañana mismo el pequeño se ha despertado hablando de las tortugas que habíamos visto en no sé dónde, tienen el viaje muy presente en sus vidas.

¿Crees que los viajes son una buena herramienta de aprendizaje?

Sí, para nosotros es una parte fundamental de su educación. Tienen una bola del mundo en la habitación y nosotros intentamos enseñarles cosas. De hecho, de los viajes aprenden muchas cosas que han visto en teoría en el colegio y otras muchas que no, y el aprendizaje es mutuo porque el ver el mundo a través de sus ojos para nosotros tiene muchas cosas positivas.

Con ellos hemos hecho muchísimas cosas por primera vez que te recuerdan sensaciones de tu niñez. Y luego te sorprenden situaciones como cuando ves que se ponen a jugar con niños que no conocen, no hablan su mismo idioma, tiene otra cultura… Eso te saca una sonrisa siempre porque te das cuenta que los adultos estamos estamos llenos de prejuicios, miramos las cosas con precaución, buscando el doble sentido, y ellos son todo lo contrario.

¿Qué consejos darías a quien esté pensando en viajar con niños por primera vez?

Dentro de cada familia, los padres son los que mejor conocen a sus hijos, pero en nuestro caso lo que intentamos es involucrarles en la preparación del viaje. Les ponemos algún vídeo o les mostramos dónde está ese lugar en el mapa, les hablamos de lo que veremos allí…

Después, ya durante el viaje, creo que es importante intentar respetar sus ritmos, sobre todo sus horas de comida y de sueño. Y lo mismo con el ocio y el juego: los niños aprenden jugando, por eso es muy importante que cada día dediquemos un ratito a que ellos jueguen o tengan su espacio. Procuramos buscar algún parque, que hay en todas partes, para que tengan su momento de juego. La mañana la solemos utilizar más para visitas y experiencias y la tarde suele ser un poco más relajada para que tengan su tiempo.

¿Alguna recomendación para el equipaje?

Procuramos meter siempre algo que les resulte muy familiar. Por ejemplo, Teo siempre duerme con sus peluches, que ya son un miembro más de la familia, así que alguno se viene con nosotros. Y también llevamos algo que les entretenga, como un juego. O si les gusta mucho una serie de dibujos o una película, la descargamos para que puedan verla en la tablet en los ratitos muertos o en los vuelos largos, donde a veces se portan ellos mucho mejor que nosotros. Pero poco más.

Recuerdo el primer viaje que hicimos con Teo, creo que fue a Copenhague. Parecía que nos llevábamos la casa detrás, como si allí no hubiera tiendas y no hubiera niños. Cuando eres un padre novato llevas cosas que luego no te sirven para nada, no sé a qué viaje llevamos un calienta biberones de coche cuando no íbamos ni siquiera en coche. A veces nos complicamos cuando lo que funciona es el sentido común y perderle un poco el miedo a viajar con niños.

¿Y para los trayectos largos?

Si es un viaje largo en avión por ejemplo, procuramos que sea por la noche para que lo pasen durmiendo. A veces no se puede conseguir y hay que tirar de pelis, juegos, pintar… Pero si se puede, es perfecto. El último viaje largo que hicimos fue el de Nueva York en Navidad, y a la vuelta los peques se durmieron en el taxi que nos llevaba al aeropuerto y no se despertaron hasta Madrid, o sea que ni se enteraron de los trámites de aduana. Por la noche es mucho más fácil.

¿Cualquier destino tiene algo que descubrir?

Sí, al final todos tienen su atractivo, no te podría decir ni un viaje en el que me haya quedado la sensación de “qué horrible”. Siempre hay algo que sacas en positivo. Pero sí hay destinos mejor preparados para familias. Los países escandinavos por ejemplo. Creo que más que pensar en el turista lo que ocurre es que están mucho más concienciados con la conciliación laboral y familiar.

En Dinamarca, Noruega, en Suecia o en Islandia, que fueron los primeros países a los que fuimos con los niños pensando en esto, ves que tienen todas las comodidades que necesita una familia: en cualquier lado tenías cambiadores, tronas y todo lo que necesitas, están muy adaptados. Incluso yendo en coche, parabas en cualquier gasolinera perdida de la mano de Dios y tenían todo este tipo de cosas. O museos pensados para adultos que tiene su zona para niños. Sin embargo, si les preguntas a los niños, siempre tiran por el exotismo: Japón les encanta, tienen muchísimos buenos recuerdos de Tailandia...

¿Y España qué te parece como destino familiar?

Yo creo que en España tenemos un sector turístico top a nivel mundial. Es complicado encontrar otro sitio con hoteles y personal tan bien preparados y el tema de la gastronomía es mucho más fácil si vas con niños porque están más acostumbrados. De hecho yo siempre recomiendo hacer un primer viaje con niños por España antes de probar fuera.

¿Sirve para quitarse miedos?

Sí, buscarse algo cerquita, incluso en la misma provincia, y hacerse un viaje de un par de días para probar siempre es buena idea. Así te das cuenta de que no es el león tan fiero como lo pintan, que viajar con niños no es tan complicado. Cuando hacemos cosas por primera vez todos tenemos inseguridades, y por eso una escapada pequeña antes de hacerte el viaje a Australia o a China o a Japón te permite ir con más seguridad y confianza.

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