Viaje a la Costa Brava

Panorámica Calella de Parafrugell

Dommusseros, ¡estamos de enhorabuena! Este es el primer post de una serie de post de geniales viajes escritos por mi amiga Ana de Viajes Here I Go. Ya os hablé de ella y de su planificador de viajes Here I Go en este post. Pues ahora tenemos la suerte de que esta experta viajera que es Ana se convierte en colaboradora del blog y nos va a ir descubriendo algunos de sus rincones favoritos. Empezamos con un lugar que se conoce a la perfección y que es ideal para ir de vacaciones este verano: comenzamos con un delicioso viaje a la Costa Brava. 

 Rincones de la Costa Brava por descubrir

Cuando Rita me pidió que colaborara con Dommuss escribiendo posts de planes de viaje y escapadas lo tuve claro: mi primer post iba a ser sobre rincones de la Costa Brava.

La Costa Brava, en la provincia de Girona, ocupa el litoral de la costa catalana desde Blanes hasta la frontera con Francia. Pero en este post voy a enfocarme en la zona más bonita en mi opinión, el triángulo formado por el pueblo de Palafrugell y sus playas: Calella y Llafranc. Aquí encontrarás un paisaje de calas abruptas, pueblos pesqueros y un mar brillante y transparente.

Me considero realmente afortunada por conocer tan bien esta zona de belleza indiscutible ya que he pasado –literalmente- todos los veranos de mi vida aquí, y por eso ahora me propongo compartir con vosotros algunos de sus secretos. ¡Empezamos!

¿Qué ver en la Costa Brava?

El pueblo de pescadores de Calella de Palafrugell es probablemente el pueblo con más encanto de la Costa Brava… y ¡si me apuras hasta de toda Cataluña! (Lo siento no soy nada subjetiva aquí ;)). Pasear por sus calles empedradas junto al mar, pasar entre las barcas en Les Voltes o contemplar las fachadas de casas blancas desde el mar son algunas de las postales que te llevarás de aquí.

Les Voltes

Les Voltes

Paseo Canadell

Paseo de Canadell

Pero probablemente lo primero que nos viene a la mente cuando pensamos en la Costa Brava son sus playas y calas rodeadas de pinos y rocas. Una sucesión de pequeñas calas desde El Canadell hasta Sant Roc pasando por Malaespina, Port Bó o Port Pelegri están listas para recibirte en su arena gruesa (sí, de la que duele un poco… pero que ¡no se pega a la toalla ni te reboza como a un escalope!) para que disfrutes de una jornada de mar.  Ese mar que te muestra todas sus tonalidades, del verde turquesa al azul intenso, gracias a su agua transparente.

Cala de Sant Roc

Cala de Sant Roc

El único problema que tienen estas playas es que al ser tan pequeñas se llenan enseguida y pueden resultar agobiantes sobretodo en temporada alta. Por eso, me he decidido a revelaros un lugar secreto que me he resistido a compartir durante mucho tiempo. Sólo unos kilómetros al sur de Calella, de camino a Palamós, encontramos una serie de calas vírgenes, sin chiringuitos ni boyas ni nada que pueda distraerte de la espectacular belleza que te rodea. Se trata de Cala Estreta y Cala Canyers: dos de los secretos mejor guardados del mundo mundial. Por supuesto, llegar hasta aquí no es fácil y requiere de un esfuerzo sólo apto para aquellos realmente ávidos de tranquilidad y relax. Entre finales de junio y finales de septiembre sólo se puede llegar andando por un sendero verde desde Cap Roig (40 minutos) o desde la playa de El Castell (20 minutos) a donde sí puedes llegar en coche.  Lo mejor de ir fuera de temporada es que puedes pasar en coche por el sendero y así andar sólo unos 5 o 10 minutos hasta las calas.

Cala Canyers

Cala Canyers

Cala Estreta

Cala Estreta

Después de un duro día de playa nada mejor que tomarse una buena cerveza en la terraza del Hotel Sant Roc  (Pl. Atlàntic 2; telf.: 972 614250) y disfrutar las mejores vistas al atardecer.  Es un sitio algo caro, para qué nos vamos a engañar, pero hay que reconocer que en esta agradable terraza ajardinada sobre el acantilado se está de lujo.

También al atardecer puedes recorrer el camino de ronda entre Calella y Llafranc, un must en cualquier plan que prepares. Justo al terminar la playa del Canadell, unas amplias escaleras de piedra te indican el inicio del elegante camino que en apenas 20 minutos te llevará hasta el vecino pueblo de Llafranc. Va siempre paralelo al mar y está rodeado de vegetación mediterránea por lo que las vistas que te acompañan todo el trayecto son impresionantes. Prácticamente todos los pueblos costeros de esta zona tienen un camino de ronda que une cada pueblo con el siguiente así que si te animas y si sigues andando ¡puedes llegar hasta Cadaqués!

Camino de Ronda entre Calella y Llafranc

Camino de ronda entre Calella y Llafranc

Ya en Llafranc, recorre el paseo marítimo hasta el puerto donde descansan las barcas de pescadores y veraneantes y sube al Faro de Sant Sebastià, situado en lo alto de un acantilado desde donde verás por un lado una imponente panorámica de la bahía de Llafranc y de las playas de Calella y por otro, la inmensidad del mar y el horizonte.  El faro todavía está en uso así que si vienes de noche lo verás en plena acción. Consejo: aunque se puede subir a pie es un paliza importante, con mucho desnivel, así que mejor házlo en coche.

Barcas en el puerto de Llafranc

Barcas en Llafranc

Panorámica de Llafranc y Calella desde Faro Sant Sebastià

Panorámica desde el faro de San Sebastián

Y por último, si quieres llevarte algún recuerdo o hacer un regalo, no dejes de pasarte por la tienda de Carla Llimona (Carrer de les Voltes 1, Calella; telf.: 972 615930) que tiene todo tipo de artículos marineros ideales, tanto de decoración como de ropa o complementos. ¡Vamos, que te lo llevarías todo!

Tienda de Carla Llimona

Tienda Carla Limona

Pero esto no acaba aquí, en el próximo post veremos, dónde comer y beber, dónde dormir, la mejor fecha para ir y cómo llegar. ¡No os lo perdáis!

 

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