Este es el segundo post en nuestro camino para crear un sistema fácil y útil para elaborar menús semanales para casa y, por supuesto, que sean saludables. Iniciábamos hace unas semanas con las recomendaciones generales para planificar un menú saludable. Entre otras, hablábamos de la conveniencia de comer de todos los grupos de alimentos como la forma más sencilla de asegurarnos que ingerimos todo tipo de nutrientes. Ok, está claro pero ¿de qué grupos estamos hablando?
Pues la verdad es que depende un poco de qué informes o libros se consulten. Yo he tomado de base las de “La Guía de la alimentación saludable” editado por la Sociedad Española de Nutrición Comunitaria. Ya os comentaba el otro día que me parecía un informe muy completo. Me la voy a acabar aprendiendo de memoria 🙂
Como ya sabéis por el post de cómo planificar la semana familiar, una de las tareas más importantes para organizar la semana de la familia y de la casa es preparar el menú semanal.
Ya os contaba entonces un poco qué pasos sigo a la hora de pensarlo e inspirarme, pero quiero ir un paso más allá y seguir desmenuzando el menú semanal familiar. La idea es al final de una serie de posts que inicio hoy, acabar con un sistema basado en una estructura o plantilla de menú semanal que nos sirva de base para cada semana sólo tener que rellenarlo. Un poco como los ejercicios de “rellena los huecos” que hacíamos cuando éramos pequeños. Cuanto más fácil lo tengamos mejor.
Si no tenéis tiempo para planificar el menú, contáis con el que planificamos en dommuss. Quincenalmente mandamos un módulo a todos los dommusseros con los menús de comidas y cenas para las siguientes dos semanas. Así ya tenéis un menú que seguir para esas semanas o que podéis adaptar según los gustos y necesidades de vuestra casa. Pero parte del trabajo ya lo tenéis hecho.
Y no se trata sólo de preparar el menú, que ya de por sí es útil para organizar al compra y la semana, me refiero a planificar un menú que sea además saludable, para asegurarnos de que comemos todos los nutrientes que necesitamos. La planificación nos ayuda mucho en eso ya que nos podremos asegurar de incluir las cantidades precisas en nuestro menú. Por eso, el propósito de esta plantilla no es sólo simplificar el proceso sino también y sobre todo asegurarnos de que comemos bien. De hecho, esta es una de las principales ventajas de planificar nuestro menú: que toda la familia coma mejor.
Julio no es un mes con grandes productos de temporada. Más bien es el mes que da comienzo a la época de verano y por eso el mes en el que hay muchas cosas que dejan de estar tan frescas. Por ejemplo, ya no es temporada para nada de casquería (ni siquiera las criadillas y moelljas, que aguantan más) ni de algunos pescados, como el mero y el salmón.
Parece mentira… mes a mes hemos ido repasando los alimentos ricos de la temporada y ¡ya estamos en junio! En este mes, en lugar de cerezas, mejor tomar picotas y continuar con los albaricoques y los últimos nísperos estos primeros días. También podemos empezar a buscar las peras de San Juan, que con el calor van a empezar a apetecer con lo fresquitas que son.
¡Qué gusto da la primavera cuando trae estos días de hojas verdes y sol! y además, también nos trae alimentos riquísimos: frutas que empiezan a estar de temporada como los albaricoques, las cerezas, las ciruelas, los nísperos e incluso, podemos empezar a encontrar brevas. Además, hay que aprovechar y comer fresas y fresones, porque los de temporada se vana a acabar en breve…