Los ciclos nos ayudan. Nos marcan un fin y un principio. Esto segundo es lo importante, un principio, pues nos da la oportunidad de empezar. Y el fin de un año marca el fin de un año y el comienzo de otro nuevo y contamos con una nueva ocasión para reflexionar y replantear o cambiar si es necesario. Lo difícil es encontrar el hueco estos días para poder hacer la reflexión ¿verdad?
Yo no lo he hecho con la tranquilidad que me hubiera gustado, he tenido que reflexionar un poco a trompicones, a ratitos… Muchas noches cuando estaba esperando a que la lenteja se durmiera y otras muchas cuando me metía en la cama sin libro para pensar. Ratos en cafetería con papel y boli y vueltas a casa andando con tranquilidad.