Fomentando el liderazgo femenino

Portada Vayamos Adelante: liderazgo femenino

No sé si os acordáis pero hace casi un mes, el 8 de marzo, el día de la mujer trabajadora propuse una lectura: Vayamos Adelante, libro sobre liderazgo femenino de Sheryl Sandberg, la directora de operaciones de Facebook. Mi amiga Chili me lanzó previamente el guante, a ella se lo había lanzado su tía y yo os lo lancé a las demás. La idea era leernos el libro y quedar después a comentarlo.

Este viernes hemos quedado 12 mujeres que estamos queriendo liderar nuestras vidas para charlar sobre las mujeres, el trabajo y el liderazgo. Yo me lo acabé hace unos días pero como ha estado medio agotado y no sé si dará tiempo a que todas lo terminemos y por si se quiere apuntar alguna más de última hora a nuestra charla o comentarlo aquí o en las redes sociales, he preparado un resumen con las seis principales ideas del libro.

1. Más mujeres en puestos de liderazgo o dirección

La autora comienza diciendo que para seguir luchando por la igualdad hay básicamente dos caminos que recorrer: por un lado, luchar por mayor apoyo social y estatal (ampliar medidas de conciliación como bajas, reducciones de horarios, etc), por otro, fomentar que haya más mujeres en puestos de liderazgo porque cuando las haya, ellas se encargaran de adoptar estas medidas y además servirán de ejemplo para que más mujeres aspiren a esos puestos también. Sheryl Sandberg apunta que aunque el primer objetivo es muy válido y necesario, ella cree que aporta más el segundo, el que haya más mujeres al mando, para realmente cambiar las cosas y es el que ella está intentando promover.

En este sentido relata un ejemplo en primera persona cuando siendo siendo directiva en google y estando embarazada con un embarazo muy pesado en el que engordó enormemente, tenía las piernas hinchadísimas y a penas podía andar, se dio cuenta de lo engorroso que era tener que andar desde su plaza de aparcamiento hasta su puesto de trabajo en esas condiciones (imaginaros los campus de Silicon Valley, en los que las distancias son mucho mayores). Inmediatamente propuso que se designasen plazas de aparcamiento cerca de las puertas de entrada, como los de los minusválidos, para las embarazadas. Y así se hizo. Sheryl se asombró de que ella no se hubiera dado cuenta antes de esta necesidad y de que nadie nunca la hubiera dado a conocer. Sólo hasta que una mujer -ella- había ocupado un puesto de dirección, se había atrevido a hacerlo y se había implementado.

2. Las mujeres en un segundo plano

Sheryl Sandberg cuenta cómo a lo largo de su carrera se ha dado cuenta de que las mujeres no se atreven muchas veces a opinar o, como ella dice, a sentarse a la mesa o a levantar la mano. Que somos más vergonzosas que los hombres, o que pensamos que podemos aportar menos y por eso perdemos muchas oportunidades. Nos invita a que cambiemos la actitud, que digamos lo que pensamos, que no nos de miedo exponer nuestras ideas o puntos de vista. 

3. Las mujeres tienen menos ambición y las mujeres ambiciosas no despiertan simpatía

El primer punto es claro, lo podemos ver todos en nuestro día a día. Ella lo ilustraba con estadísticas de licenciados/as de importantes universidades americanas y cómo al cabo de los años las mujeres habían sido las que mayoritariamente se habían apartado de su carrera para dedicarse a la familia o que habían decidido bajar el ritmo en lo laboral. 

También apunta que las pocas mujeres que realmente apuestan por su carrera y que son ambiciosas, no despiertan simpatía. Creo que tiene razón. Y en este punto yo me quedo con un consejo que le dio Mark Zuckerberg:

[Mark] me dijo que cuando se desea cambiar las cosas, es imposible complacer a todos. Si complaces a todos, es que no estás progresando lo suficiente.

 

cita Mark Zukerberg Vayamos Adelante - liderazgo femenino

4. Las mujeres tienen mucha más autoexigencia y mucha menos confianza que los hombres

Éste, desde mi punto de vista, es el punto clave. Las mujeres tenemos mucha presión -en muchos casos autoimpuesta- para hacerlo muy bien en nuestra carrera -que para eso nos hemos formado y nos hemos esforzado- pero por supuesto también para hacerlo muy bien en nuestra casa -siguiendo el modelo de nuestras madres, la norma social y las órdenes de nuestros instintos. Esa autoexigencia hace que evaluemos más duramente nuestros actos y que por tanto, tengamos menos confianza que los hombres. En este apartado, dos datos claves que da el libro:

  • A una mujer se la asciende a hechos consumados, cuando ya ha demostrado que está preparada para asumir el puesto mientras que a un hombre se le asciende en base a la expectativa de que lo va a poder a hacer.  Como tenemos menos confianza y nos gusta que nos reconozcan nuestros logros, sentimos el <<síndrome de la tiara>>, la creencia de que los buenos resultados en el trabajo nos conducirán de forma natural a obtener recompensas, que nos impide luchar o pedir lo que merecemos.
  • Unas estadísticas que han sido de lo que más me ha impactado. Las mujeres de hoy en día sentimos que, como trabajamos, no les dedicamos suficiente tiempo a los hijos. En cambio, según una estadística en 1975 las madres que se quedaban en casa invertían una media d once horas de cuidados primarios (aquellos que fomentan el bienestar del niños como leer y jugar) mientras que las madres que trabajaban fuera del hogar, dedicaban sólo seis. En cambio, en la actualidad, las madres que se quedan en casa emplean de media diecisiete horas mientras que las que trabajando fuera del hogar, en torno a once. Es decir, las madres de hoy en día que trabajamos fuera de casa empleamos el mismo tiempo que las madres de 1975 que se dedicaban a tiempo completo a la familia y el hogar. Está claro, no es cuestión de horas. No tenemos que sentirnos mal. Tenemos que cambiar la actitud.

Esa doble presión y esas ganas de hacer todo conducen inevitablemente a una enorme inseguridad y constante frustración.

Tiempo dedicado a los niños Vayamos adelante - Liderazgo femenino

5. Buscar a un buen compañero

Otro punto muy importante, habla de la importancia de tener una pareja que colabore en las tareas familiares y de la casa y por supuesto, que tenemos que delegar y luchar contra el fenómeno <<control maternal>> que hace que no dejemos a los padres colaborar porque pensamos que lo están haciendo mal.

Buscar un buen compañero, Vayamos Adelante - liderazgo femenino

6. Críticas y peleas entre las mujeres

Otro punto en el que hace hincapié es las críticas y peleas entre las mujeres. Encima de que lo tenemos algo más difícil, nosotras no nos lo ponemos más fácil entre nosotras.

El libro también toca otros temas como que las carreras de hoy en día no son una escalera si no más bien un castillo de trepar infantil. Los ascensos no son verticales en la misma carrera sino que hay que ir dando pequeños saltos, pivotando para construirla. También habla de que las mujeres necesitan mentores y que les resulta más difícil conseguirlos y algún tema más pero que creo que son menos importantes.

¿Qué opináis? ¿Os sentís reflejadas? Yo sí. Y me ha hecho reflexionar mucho. Sobre todo sobre el tema de la confianza. Estoy deseando quedar el viernes para comentarlo.

6 pensamientos en “Fomentando el liderazgo femenino

  1. Gracias Rita! Me ha encantado el post. Soy una gran seguidora de Sheryl Sandberg. Aunque tengas detractores, creo que ha dado un paso necesario para hablar de feminismonde forma actualizada y sin que tenga connotaciones negativas. Me parece muy importante el apoyo: apoyarse entre mujeres entre redes de contactos, ejerciendo de “role models” de otras mujeres o creando espacios como el tuyo. Para las que no puedan leerse el libro, hay también una charla TED de S Sandberg al respecto, subtitulada en español. Un abrazo y diafrutad el debate!

    • Muchas gracias Marta. Yo parto de una posición un poco distinta a la de Sandberg porque aunque soy una convencida de todo lo que puede aportar el trabajo en la vida no estoy tan claro la distinción que hace ella entre la carrera como una gratificante misión y la casa como algo más prosaico. En lo que estoy totalmente de acuerdo, como tu dices, es en la necesidad de generar modelos a los que otras mujeres puedan aspirar.

      Copio aquí el enlace de la charla de facebook a la que te refieres por si alguien la quiere ver. https://www.ted.com/talks/sheryl_sandberg_why_we_have_too_few_women_leaders?language=es

      Un abrazo,

      Rita

  2. Definitivamente la confianza es la clave. Por lo que resumen Lean da varias veces en el clavo sobre qué es lo que no propicia que las mujeres accedan a los puestos directivos con la misma facilidad que los hombres.
    Hasta hace unos años, incluso cuando daba mis primeros pasos en la empresa en la que continúo trabajando, no me era complicado verme liderando un grupo, siendo jefa. Soy organizada, me gusta mandar, y tengo buen carácter, además de tener capacidades reconocidas dentro de mi ámbito de trabajo. Además tenía buenos compañeros y superiores de los que aprender y comprender que no iba a ser un camino corto. Sin embargo, en unos años todo ha cambiado, y NO, nada tiene que ver con el hecho de que haya sido madre.
    El entorno laboral dejó de ser idílico, y no me refiero a horarios y condiciones de trabajo. Nuevos compañeros, nuevos jefes que no saben potenciar tus habilidades y limar tus inaptitudes, sumado a hombres (sí en este caso eran hombres) trepas. Y es aquí donde está la diferencia, cuando dicen que una mujer es ambiciosa, rápidamente se piensa en trepa, en cambio cuando un hombre es ambicioso lo es en todo su esplendor.
    Esa época me hizo centrarme más en mi vida personal (¡ey! y todavía quedaba para que me quedara embarazada) y creo que eso no está mal, pero también minó mi confianza en mis potenciales. Creo que es fundamental rodearte de personas que sepan ver en tus cualidades un beneficio recíproco para su trabajo.
    Cuando salí de ese equipo, desembarqué en otro estupendo y recuperé la confianza, y de nuevo quería ascender, mejorar, superarme, aprender…etc., pero fue entonces cuando me quedé embarazada y ahí me enfrenté al otro problema: el de la conciliación. Sumado a una dirección empresarial machista ( no generalizo, sino que la persona arriba en cuestión lo es) ahora mismo parece que si tienes hijo/Os pequeños y puedes quedarte otra vez embarazada hay un límite.

    En resumen y después de este rollo:

    – La confianza de una mujer supone una amenaza para aquellos que yo resumo como cutres ( miserables, envidiosos, vagos y poco inteligentes) . se intenta caricaturizar como cuando es ambiciosa, lo mismo que cuando en el colegio por sacar buenas notas ya te llamaban empollón. Todos iguales pero por abajo, la máxima del cutre.

    – Que la igualdad a parte de fomentarla a través de la Administración y de los puestos de mando. Hay que instaurarla en la educación, pero no sólo la de la escuela, sino en todas sus fases, la FP, la Universitaria y en los primeros años en una empresa. Es como el aprendizaje de un idioma, yo en el colegio y los primeros años de universidad hablaba y escribía mejor en inglés, que ahora.

    Un saludo y gracias por dejar que os eche este rollo 😉

    • Muchísimas gracias por tu larga reflexión y por compartir tu caso concreto. Creo que en tu ejemplo personal nos vemos muchas otras mujeres reflejadas. Yo también he sentido ese techo imaginario del que hablas antes de tener hijos y aunque creo que en parte es propio (por el tema de la confianza) también creo como dices que lo impone mucho las circunstancias, la gente que te rodea, el equipo, las dinámicas de trabajo.

      Me ha encantado la comparativa que haces respecto a las mujeres ambiciosas y las chicas estudiosas. Nunca lo había visto así y creo que tienes toda la razón. Hay que cambiar la actitud. Tenemos que poner a las empollonas de moda 🙂

      Un abrazo!!!

  3. Hola Rita! Muchas gracias por el resumen. Yo también me veo muy reflejada y me hace pensar sobre lo que en lo más profundo me estaba incomodando a lo largo de la carrera.
    Como no tengo hijos no he vivido esa alta carga de trabajo de casa todavía, pero sí que es verdad que lo veo difícil de compatibilizar a mis exigencias en las dos cosas solo de imaginar.
    Además, a veces nosotras mismas nos sentimos orgullosas de ser autoexigentes como la garantía de calidad de trabajo, pero si esa autoexigencia está afectando en la seguridad en nosotras mismas, está claro que algo está mal.
    Muy buen post, Rita. Enhorabuena!

    • Hola Soo. Mil gracias por dejar tu comentario. Yo creo que has dado en el quid porque ¿por qué necesitamos poner ese extra de auto exigencia para sentirnos seguras? Deberíamos tener confianza para cuando hagamos las cosas, saber que lo estamos haciendo bien.

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