Dice el refrán que hasta el 40 de mayo no te quites el sayo, así que estando ya pasada la fecha marcada, yo me he dispuesto a empezar a cambiar la ropa. La de vestirse por supuesto pero también la ropa de cama porque aunque las sábanas son las mismas para todo el año, otras cosas cambian. En concreto, en esta época aprovecho para quitar el plaid, quitar el edredón y cambiar la colcha de invierno por una más ligera y veraniega.
Aunque usemos cubre edredón o funda nórdica, el relleno a lo largo del invierno se mancha. Y no te digo nada con niños o si nos gusta tomarnos el desayuno en la cama ;). Por eso, antes de despedirnos de nuestro mullidito amigo hasta el año que viene (yo he de confesar que lo hecho de menos porque me encanta la sensación de arroparme con el edredón calentito y ligero), conviene dejarlo en perfectas condiciones. Y para ello es importante saber cómo lavar y guardar un edredón o el nórdico, como también se llama en algunos sitios. De eso justamente vamos a hablar hoy.