Por mucho que nos esforcemos en evitarlo, estamos aturdidos. Andamos atolondrados en la ingente y marañosa información que cada día (perdón, cada minuto) nos inunda.
Lo malo de la cantidad de información que recibimos y de vivir en el “directo” constante es que se pierde la perspectiva para calibrar qué noticias son realmente importantes y qué es, en cambio más superficial y pasajero. Sin hablar de que cada día es más difícil esquivar la mentira (que ahora se llama fake news), lo que complica aún más la posibilidad de discernir.
En cualquier caso estas semanas leía un par de temas que por yo por lo menos califico de importantes -obvia y tristemente, a parte de todo lo relacionado con la Guerra.
Primero, leí esta noticia que habla de cómo -según un estudio desarrollado en el País Vasco por el think tank EsadeEcPol y la Fundación Cotec- “los estudiantes de la generación Covid matriculados en la escuela pública aprendieron un 54% menos que lo habitual en Matemáticas, mientras que en la concertada ese porcentaje fue de un 7%”
Esta conclusión me llamó mucho la atención y decidí consultar a la fuente. Está publicado el estudio en esta web de la fundación Cotec, lo podéis encontrar en este enlace.
Del estudio se desprende que la diferencia no se encuentra en base al nivel socioeconómico de los centros educativos. Indica además, que estas diferencias basadas en la titularidad del centro son consistentes con otras investigaciones previas.
Siempre he pensado que el progreso pacífico y generalizado de cualquier país pasa por intentar generar, en la medida de lo posible, igualdad de oportunidades para todos sus habitantes. Y que luego ya sea cada uno con sus decisiones, su esfuerzo (y el resto de circunstancias de su vida) quien decida si las aprovecha o no.
Por eso esta noticia me preocupó. Porque pone de manifiesto justo lo contrario. En función de donde decidas educar a tus hijos (o puedas permitirte), su nivel de aprendizaje puede ser muy distinto.