Un día a día agradable, un ilusionante futuro en común y un gran potenciador. Así veo yo el amor.
Hoy es el día de San Valentín, el día de los enamorados y aunque no es un día que tengamos mucha costumbre celebrar, da igual… qué buena excusa para pensar, hablar y sentir el amor. Porque, aunque suene muy cursi, es así: el amor es uno de los grandes motores de la vida. Es de las cosas que más llenan, que más nos movilizan y nos hacen sentirnos plenos y disfrutar. Muchas veces pienso cómo les hablaré a mis hijos de los temas importantes de la vida y el amor, es sin duda, unos de ellos.
El caso es que las cosas que a veces parecen enormemente complejas, se pueden resumir de la forma más sencilla. Y en este sentido, creo que cuando sean más mayores y empiecen a tener preguntas sobre el amor o empiecen incluso a experimentarlo en su propia piel, les contaré que como yo lo veo, hay tres ingredientes esenciales para saber si hemos dado con la receta del amor: que el día a día junto a la otra persona sea agradable, que tengamos valores y proyectos de vida que puedan marcar un futuro en común, y que la otra persona nos ayude a lucir una gran versión de nosotros mismos y no lo contrario.