Ayer leía un artículo de Time: 6 secrets you can learn from the happiest people on earth, es decir, 6 secretos que puedes aprender de la gente más feliz del mundo.
El artículo está plagado de consejos y prácticas para ser más feliz pero, entre todos, me quedo con el primero: lo que más contribuye a la felicidad es tener relaciones sociales. Fuertes y sanas, se sobreentiende. Sigue leyendo
Estos días que hace mucho frío y ha estado nevando, me tocaban bastantes gestiones de salir y patear. Menos mal que tengo guardado en mi armario mi clásico básico preferido: mis viejas botas Dr. Martens. Yo francamente no soy mucho de guardar… Cuando algo ya no me lo pongo, lo regalo o lo dono, y si se me estropea, lo intento arreglar o lo tiro. Pero hay ciertas cosas que merece la pena conservar. Las cosas que son buenas y que no te pones porque ya han pasado de moda. ¡No te preocupes, la moda volverá!
El domingo es un día ideal para descanasar, relajarse y coger fuerzas para empezar la semana con ganas. Para mi, el plan que mejor me funciona es prepararme un spa casero. Es mi momento para estar sola, sin prisas, sin pensar… ¡todo un lujo!. Mis ingredientes esenciales para el spa son: musiquilla relajante, una vela aromática, un gel agradable y una buena mascarilla para la cara.
Casi todos los años, durante sus últimos días, empiezo a pensar en las propósitos para el año siguiente. Cualquier excusa es buena para pararse a pensar, hacer balance y plantearse las cosas que nos hacen feliz y nos funcionan y las cosas que no nos funcionan tanto y que podríamos cambiar. Pero este año, ¡he pensado hacerlo de forma diferente!.
No me considero una techy pero intento mantenerme al tanto de las tecnologías. Mi filosofía es “si me puede interesar, merece la pena entender qué ofrece y luego decidir si usarlo o no”.