Las pérdidas y los duelos, lo más difícil de la pandemia

Las pérdidas y los duelos, lo más difícil de la pandemia

El miércoles pasado fue mi primer día de verdad en la nueva realidad (así es como la llamo yo porque sigue sin resultarme todavía normal). El lunes fue nuestro primer día en la fase 1 aquí en Madrid y realmente hasta el miércoles no hice ninguna salida diferente a lo que veníamos haciendo en fases anteriores.

Llevaba tiempo queriendo acercarme a la iglesia de la Concepción. Allí reposan ahora las cenizas de una tía abuela mía, que falleció desgraciadamente como muchas personas de su generación víctima de esta enfermedad que nos ha desarmado como especie. Tenía ganas de estar un rato tranquila, de rezar y hacer un amago de despido, aunque fuera yo sola hasta que podamos celebrar un funeral en condiciones toda la familia.

Me ayudó.

Mi tía abuela llevaba mucho tiempo sufriendo en esta vida. Yo de hecho llevaba tiempo rezando para que se acabara su calvario. Pero irse de esta forma… Ha sido desolador. Como todas las decenas de miles de pérdidas que hemos tenido que vivir estos meses. En Madrid ha sido tremendo. Cada semana un compañero de la oficina perdía a alguien cercano, un amigo tenía un conocido pasándolo mal en casa o en el hospital… Sinceramente esa sensación de desolación y tristeza ha sido para mi más fuerte que el miedo o que cualquier otra durante estas semanas de encierro.

Sé que muchos de vosotros habréis vivido desgraciadamente alguna de estas historias difíciles. Una pérdida siempre es difícil pero no poder hacer el duelo como estamos acostumbrados no nos ayuda nada a poder asumirlo mejor.

El otro día llamé a mi amiga Belén Tarrat para hablar con ella precisamente de esto porque es psicóloga especialista en duelo.

Me contaba que, aunque pueda parecer lo contrario, justo ahora cuando estamos empezando a enfrentarnos a nuestra vida otra vez, es cuando puede ser que para alguno de nosotros se haga más duro. Porque este encierro artificial ha funcionado como un paréntesis en nuestra mente, como un sueño del que ahora tenemos que despertar. Y de hecho esta paradoja nos puede crear sentimientos encontrados. Especialmente si has perdido un ser querido “la vuelta a tu vida no es la misma, hay alguien que falta… y al retomar la rutina, se hace más patente lo ocurrido y el dolor”

Precisamente para ayudar a las personas que les pueda pasar esto, Belén junto a una compañera psicóloga con la que forma el proyecto Vida y Pérdida, la semana pasada lanzaron Abrazos en el aire, una iniciativa en la que han trabajado con mucho cariño para dar apoyo a personas que han vivido una pérdida durante la pandemia COVID-19.

Belén me explica que es normal que estas semanas sintamos muchas cosas diferentes:

  • Que todo lo ocurrido es como irreal porque al no poder acompañar a nuestro familiar o amigo perdido no tengamos consciencia completa de lo que ha ocurrido.
  • O que nos cuestionemos todo lo ocurrido constantemente
  • O que tengamos sentimientos de rabia, de desasosiego, de incertidumbre…
  • O que nos sintamos en una montaña rusa emocional…

Todo es natural, y seguramente hay que vivirlo. Pero hay cosas que pueden ayudarnos. Desde Vida y Pérdida nos hablan de algunas de ellas:

  • Intentar contactar con las personas que estuvieron cerca del ser querido que hemos perdido para que puedan responder a todas las preguntas o dudas.
  • Preparar algún ritual con los familiares y amigos: siempre hay tiempo para preparar un pequeño recuerdo u homenaje, puedes escribir unas palabras, recupera algunas fotos especiales, planea con tus familiares algo especial en lo que participéis juntos.
  • Hacer participes a los niños más cercanos de todos estos momentos y homenajes familiares.
  • Encontrar un espacio de desahogo y descarga de tu dolor. Un espacio de recogimiento con uno mismo como puede ser, para los que somos creyentes, ir a misa o a rezar un rato, o en general para todos, meditar, escribir, pasear en la naturaleza, escuchar nuestra música a solas, ver fotos, recordar… En definitiva, es bueno encontrar momentos en los que dejar salir la tristeza y llorar, a veces uno se sorprende llorando en la ducha o en el coche, y otros momentos para dar salida el enfado, como puede ser el deporte, que nos ayuda a descargar cierta tensión… Cada uno tiene su forma de afrontar el dolor.
  • También espacios donde abrir ese dolor con otras personas que sepan escucharnos, para sentirnos escuchados o comprendidos, a veces puede ser con apoyo en grupos de personas que han vivido la misma situación. Y, en caso de sentirte muy abrumado en el dolor, con apoyo profesional.

En cualquier caso, si crees que te podría venir bien contar con ayuda, desde Vida y Pérdida pueden estar a tu lado para acompañarte en estos momentos de vuelta a una dolorosa realidad, a través de apoyo psicológico en sesiones individuales o grupales. Aunque están en Madrid, también pueden atenderos por teléfono o videoconferencia (una de las pocas cosas buenas de esta crisis es que ya todos nos hemos familiarizado con estas herramientas). Podéis poneros en contacto con ellas en info@vidayperdida.es.

Os dejo con el video precioso de “Abrazos en el aire” en el que explican fenomenal lo que hemos podido sentir con las pérdidas en este periodo.


Espero que todos estos consejos os ayuden a sobrellevar estos momentos si lo estáis pasando mal.

Mucho ánimo estas semanas. Serenidad, fortaleza y poco a poco.

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