Creo que la corresponsabilidad es la herramienta clave para la conciliación. Y pretendo demostrarlo a base de dos sencillos silogismos.
Como ya he comentado en otro post, que ambos miembros de la familia pareja trabajen es hoy en día prácticamente una necesidad (porque la vida familiar difícilmente se puede sustentar por un salario, porque hay menos estabilidad laboral y familia, etc). Por tanto, si ambos tienen que trabajar fuera de casa, quiere decir que no hay nadie que pueda dedicarse en exclusiva a cuidar a la familia y la casa y que por tanto tendrán que conciliar, lidiando con el trabajo y el resto de tareas.
Perfecto, o sea que hay que conciliar. Pues bien, si queremos que la conciliación avance, es fundamental que impliquemos a los hombres, para que ellos también empiecen a empujar hacia ese mundo que nos permita compaginar, sin excesivos agobios, nuestra carrera profesional con nuestra vida personal.
Para implicar a los hombres, hay que descargar parte de las tareas del cuidado de la familia y de la casa en ellos. Y esto, ni más ni menos, es la corresponsabilidad. Que todas estas tareas sean compartidas. Y cuando los niños llegan a cierta edad, por supuesto también con ellos. Y con esto en mente, que fuera más fácil compartir las tareas del hogar con el resto, surgió la idea de dommuss, fijaros si considero que es crucial 🙂
Hace tiempo, una jefa que tenía en mi anterior trabajo me dijo, “cuando Pepe -suponiendo que este fuera el nombre de su marido- me dice que si me puede ayudar en algo, por ejemplo, tender la ropa, hacer la cena, etc, yo le digo, “ayudarme no, no es una tarea mía”.
Hay tantos esquemas de corresponsabilidad como tipos de familia. Básicamente, hay gente que lo afronta como un reparto idéntico, es decir, que si yo cocino, él cocina, si yo baño a los niños, él baña a los niños.
Hay otras que preferimos dividirlo más o menos por tareas o competencias. Como decía Sara de Supersuerte en la cena adivina sobre organización en la que coincidimos, ellos se reparten por carteras. Casualmente, acabo de entrar en su blog y veo que ha escrito sobre este tema del reparto por carteras así que os lo recomiendo, porque a parte de explicarlo estupendamente, escribe genial. Yo también me incluyo en este grupo, ya sabéis que considero que la familia es un equipo y que cada uno haga lo que mejor se le de o lo que más le guste tiene más sentido.
También hay otras personas que me comentan que simplemente van adaptando el reparto al día a día. Gente que tiene trabajos más flexibles y que puede ser que un día uno esté bastante más tranquilo y al otro en cambio se tenga que ir tres días de viaje, etc.
Sea cual sea vuestro modelo de reparto, de cara a establecerlo, os dejo con tres recomendaciones, desde mi humilde experiencia. Recomendaciones que me aplico a mi misma porque es en un tema en el que tenemos que seguir trabajando.
Conversación sincera sobre el reparto, lo que cada uno considera importante, etc
En este sentido, Andrés mi marido, no pudo ser más claro. Cuando nos íbamos a vivir juntos fue súper directo “a mi no me gustan ni me interesan especialmente las tareas de la casa así que, en la medida de lo posible, si nos lo podemos permitir, prefiero contratar a alguien que las haga”. Me quedo claro. Y me pareció bien que fuera tan sincero para que yo no me llevara posteriormente decepciones. A mi, en cambio, la casa me gusta. Obviamente no especialmente limpiar retretes, pero sí organizar, planificar, cocinar… Así que estaba claro que en ese campo iba a tener yo más protagonismo. Lo que para mi era importante es que el jugara un rol importante en lo que se refiriese al cuidado de los hijos. Y así es. Así que, sin malentendidos y todos contentos (aunque yo no ceje en mi empeño de conseguir implicarle más, porque nunca se sabe…).
Intentar buscar cierta equidad
Bueno, aunque te quieras repartir “por carteras” porque tenga más sentido, hay que buscar cierta equidad. Nos suele pasar a las mujeres que como por educación y herencia estamos más familiarizadas con las cosas de la casa y el cuidado de la familia, acabamos haciendo mucho más que nuestras parejas. Yo me incluyo.
De hecho, según datos del Instituto de la mujer, el El 91,9 % de las mujeres emplea tiempo en el cuidado del hogar y la familia frente al 74,7% de los hombres. Y mientras que las mujeres dedican una media de 4’29, los hombres lo hacen casi la mitad. Así que poco a poco tenemos que empujar para que cada vez el reparto esté más equilibrado. Pero estoy segura de que será así. El club de malasmadres por ejemplo, sé que va a tomar la corresponsabilidad como su caballo de batalla este año y nadie mejor que ellas para empezar a hacer ruido sobre este tema. Además, se ve claramente cómo los hombres cada vez toman más protagonismo con la familia y la casa. Comparado con la generación de nuestros padres, está claro.
Para buscar esta equidad, se me ocurre que si estáis empezando a convivir, podríais crear un documento con todas las tareas que vais a tener de la casa y de la familia y sentaros a repartirlas y comprobar si el reparto acaba siendo equilibrado.
No busques eficiencia máxima con la familia
Es verdad que repartir, es decir, que cada uno se encargue de una cosa, es mucho más eficiente. Pero compartir en familia también es importante. Me encanta la nueva campaña de Ikea “Salvemos las cenas en familia” en la que hablan de menos deberes y más cenas en familia. Es precioso ocuparse de la cena juntos, del momento del baño juntos, de ir al parque juntos. Yo creo que cuanto más cosas se puedan hacer juntos mejor. Porque eso crea lazos familiares y nos hace disfrutar más de la familia, que es lo más importante al final.
Repartos flexibles
No es lo mismo un estudio de soltero que una casa de tres habitaciones, no es lo mismo, no tener hijos que tener cuatro… La vida en familia evoluciona con los años y las tareas cambiarán a lo largo de la vida. Y nuestros trabajos también. Puede ser que haya una época que uno tenga que viajar un montón y pueda dedicarle menos a la familia y otra, en cambio, que desgraciadamente se quede en paro y que tenga mucho más tiempo para encargarse de la casa y los hijos.
Me encantaría que me contarais vuestros repartos y reflexiones sobre la corresponsabilidad y si creéis que es tan importante como os planteo. ¡Mil gracias dommusseros!
P.D. Puedes leer todos nuestros post sobre conciliación en nuestra sección dedicada a este tema.
¡Muy buen artículo, Rita!
Yo creo que es fundamental esto que cuentas, porque además así te aseguras (en la medida de lo posible) de que cada uno de los miembros de la pareja va a tener algo de tiempo para desarrollar sus propios intereses; y eso es fundamental para que ninguno se frustre.
Nosotros también hemos optado por contratar ayuda para la limpieza más “gorda” y lo demás nos lo repartimos, y de momento no tenemos problema.
¡Un beso!
¡¡Muchas gracias!! Pues sí, es verdad que no he tocado ese tema, pero efectivamente buscar rato para que cada uno desarrolle sus intereses es también importante. Un beso fuerte!! Y a seguir así. Mua!
Falta mucha educación en esta materia. No hay que buscar tanto las culpas, sino más bien qué carencias tiene cada miembro de la pareja en esto de la corresponsabilidad y ver la manera de atajarlas.
Y si hay niños de por medio es fundamental para que realmente esto cambie, no sólo que lo vean en casa, sino que esté en su amaprendizaje diario…en el cole…en lo que ven, y sobre todo lo que leen. Es fundamental que los libros no caigan en algo que caemos los adultos sin darnos cuenta.
Hola Leticia!! Es verdad que la educación es la que va perpetuando un modelo desequilibrado de corresponsabilidad. Así que, aunque estamos mejorando mucho, la siguiente generación lo hará seguro mucho mejor. Como dices, nos tendremos que esforzar por no transmitir modelos que, tenemos tan interiorizados, que sin querer los continuamos. Mil gracias por tus comentarios. ¡Me encantan!
Muy buenas reflexiones, Rita. Y, como siempre, desde el respeto. ¡Pero hace falta seguir avanzando! Sabes que en casa estamos en plena reunificación de refamilia, por lo que este tema lo tratamos a diario, no sólo porque estamos acomodándonos a vivir en pareja y con la manada de hijos respectivos, si no porque es un tema que tendría que estar permanentemente en revisión y evolución. Esto no quiere decir que hay que estar cada día gritándole a alguien que recoja, si no que haciendo tratos y reparto continuo y revisable. Lo que valía para una casa de 3, no vale para una de 7 fin de semana por medio. Y lo que valía el curso pasado, se revisa éste porque si los niños volvieron de verano crecidos, lo suyo es que también puedan hacerse cargo de sus cosas. Descentralizar es clave para no explotar y que la convivencia funcione. Gracias por tus consejos, siempre sirven!
Muchas gracias María. Me hacen especial ilusión tus palabras. Ya me imagino el lío que debe ser en tu caso. Efectivamente, la vida cambia muchas veces muy rápido sobre todo cuando los niños crecen y el reparto tiene que ser revisado a menudo. En cualquier caso, menuda casa tan divertida que tienes que estar montando!! Nos tendrás que contar tus consejos para una casa de 7!! Un beso fuerte!!
Rita, me encanta. Muy de acuerdo con todo lo que dices, especialmente en lo de hablar sinceramente con el otro y establecer cosas claras. Feliz de haberte servido un poco y mil gracias por tu mención. Eres un sol. Un besazo
Muchas gracias Sara. Seguiremos conversando sobre este tema. Estoy segura de que tienes muchas más cosas que contarme que me van a ayudar. Un beso,
Rita