Parece que dentro de poco se instalarán los días con más calor así que os adelanto el súper sistema para hacer el cambio de armario en dos tardes.
Guardo la ropa en tres temporadas, en realidad, son como dos temoparadas y media: invierno, entretiempo, que me sirve para la primavera y el otoño, y verano, que básicamente es añadir pantalones cortos y ropa de playa al entretiempo.
Y es que es mejor tener fuera sólo la ropa en la época en que te la vas a poner. Se estropea menos porque la usas cuando realmente la necesitas y porque no está toda apretujada en el armario. Y además cuando la sacas, ¡¡la coges con más ganas!! y te aburres menos de ella.
Por ejemplo, ahora ya no hacen falta los plumas, ni los jerséis gordos de lana, ni las botas abrigaditas pero en cambio, apetecen las blusas de seda, los blazers y jerséis de algodón, las cazadoras de cuero, las bailarinas, las camisetas y los pantalones de colores más claritos y brillantes, los monos… ¡Qué apetecible verdad!
El cambio de armario es una tarea que suele apetecer y dar pereza por partes iguales. Apetece cambiar de ropa y de looks pero da una pereza mortal tener que dedicar tiempo a lavar, sacar, guardar, planchar… ¡Se hace interminable!
Por eso os planteo este sistema para hacer el cambio de armario en dos tardes. Tal cual. Dos tardes bien concentrado en la tarea y a cambio estarás los próximos meses con el armario bien organizado y sacando el máximo partido a tu ropa.
Primer día de cambio de armario
Primero – Lo primero que hay que hacer es ir sacando del armario toda la ropa que hay que guardar. Bueno, y no sólo ropa, lo mejor es sacar todo: ropa, zapatos, bolsos y complementos. Según la vayas sacando, lo más práctico es que vayas colocándola en dos montones: las cosas que NO quieres mantener y las cosas que sí quieres mantener.
Las cosas que NO quieres mantener: Para decidir si me quiero quedar con la ropa o no, básicamente me hago dos preguntas:
- ¿Me lo puedo realmente poner? A lo mejor no está ponible porque te habrás puesto tanto que ya están un poco machacadas y otras veces será porque simplemente las compraste en otro momento y ya no te caben.
- ¿Me gusta de verdad? A lo largo de la temporada habrá cosas que no te hayas puesto y que lleven años aburridas en el armario. Hay veces que guardamos cosas porque nos las han regalado, por si acaso se vuelve a llevar, porque son monas pero en realidad no nos quedan bien…
Mi experiencia es que sólo compensa guardar las cosas que son realmente buenas porque merecerá la pena arreglarlas en un futuro o que las herede tu hija. El resto, mejor darle una segunda vida, y que se aproveche de verdad, a que esté cogiendo polvo en el armario, ocupando espacio en las cajas y quitándote tiempo cada cambio de armario.
Ahora que tenemos claro lo que no queramos mantener, tenemos dos opciones para darles una segunda vida:
- Vender, regalar o donar: Lo que ya no te guste o no te quede bien pero que esté en buen estado, lo puedes vender, regalar o donar. Guárdalo en una bolsa y llévalo a la entrada para acordarte de ir distribuyéndolo.
- Reciclar: Lo que ya esté muy deteriorado, o bien para trapos, o bien lo puedes llevar a reciclar a algunas tiendas de ropa. Al igual que lo anterior, coge otra bolsa para meter estas cosas y llévala a la entrada.
En este post, te explico lo fácil que es hoy en día vender, donar o reciclar la ropa que no queremos.
Las cosas que SÍ quieres mantener: Una vez que las tengamos identificadas, haremos dos cosas.
- Guardar: lo que está en buen estado y limpio, está listo para guardar así que lo puedes ir metiendo en las cajas, los altillos o los percheros que utilices normalmente.
- Limpiar: Algún jersey que te hayas puesto algún día y que no esté lavado, por ejemplo o alguna chaqueta que necesita tinte… Pues vamos a limpiarla. Es mejor guardar la ropa limpia para que no se estropee o se queden las manchas. Para que no ocupe mucho, llévalo a la zona de limpieza o al cubo de ropa sucia. Y las cosas del tinte igualmente, ponlas en otra bolsa en la entrada que en tu próxima salida para hacer gestiones por el barrio las puedes llevar.
Segundo – Aprovechar para limpiar el armario. Ahora que está el armario bastante vacío es un gran momento para limpiarlo. No te llevará mucho tiempo. Con un trapo y el multiusos que suelas utilizar, le das unas pasadas. Puedes cambiar también si tienes alguna bolsita para dar olor a la ropa.
Tercero – Colocar toda la ropa de la temporada. Y pensarás, “¡pero si está hecha un higo!”. Da igual, aunque esté arrugada, colócala. En las perchas se aireará y además se estirará, por lo que luego será más fácil plancharla. Y además así ves claramente lo que tienes.
Segundo día de cambio de armario
Primero – Guardar la ropa de la anterior temporada que estabas lavando o en el tinte.
Segundo – Revisar la ropa de la nueva temporada
- Limpiar: en principio debería estar todo limpio pero puede que haya algo que de estar guardado, le haya salido alguna mancha, pues lo pones para lavar.
- Arreglar: Igual ves alguna camisa que le falta un botón o una falda con los botones sueltos. Lo puedes dejar en el salón y por las noches ponerte a repasarlo mientras que ves la tele. Pero si no eres muy manitas, mejor llevarlo a tu mami, o algún sitio de arreglos y composturas. A veces hay que asumir que lo más probable es que no lo vas a hacer tú. Si no, te puede pasar como a mí este invierno, que tengo un jerséi sin usar porque iba a coserles unas coderas en octubre… y ahí sigue.
- Planchar: habrá cosas que si las has doblado bien o estaban colgadas no hará falta plancharlas. El resto tampoco hace falta que lo planches todo de golpe porque no todo te lo vas a poner. Elige las cosas más del día a día y dales un repasito.
¡¡Pues ya está!! Y si quieres ir un paso más allá, te recomiendo que planifiques tu armario siguiendo nuestra guía para planificar el armario. ¡Le sacarás todavía más partido!