¡Mañana vienen los Reyes Magos! Y como queremos que nos dejen el mayor número de regalos posibles, vamos a agasajarles un poquito. Por eso, estamos preparando un magnífico roscón de reyes para dejarlo junto al agua para los camellos y alguna otra delicia para sus majestades. Y bueno, si no se lo comen todo, ¡nos lo tomamos de desayuno cuando estemos abriendo los regalos!
Lo he preparado siguiendo una receta que me ha pasado mi hermano Luis. Él ya la estuvo practicando el año pasado y quedó riquísima. La sacó de este blog y le hemos hecho alguna pequeña adaptación:
Amasando: En vez de amasarlo a mano, lo he amasado en la Thermomix durante 4 minutos a velocidad espiga antes de la primera fermentación. Luego de cara a la segunda, como la masa está ya más consistente, lo he hecho a mano. Por cierto, antes de dejarlo reposar por segunda vez, es el momento de incluir los regalos y el haba.
Decorando: Primero hay que pintar el roscón con huevo batido y luego ya ponerse creativo con la decoración. Aunque las frutas escarchadas no gusten a casi nadie, quedan preciosas. Tampoco pueden faltar las almendras y el azucar en grumos. Este último no viene en la receta y para mi gusto es fundamental. A parte de que la textura crujiente es buenísima, el blanco del azúcar destaca mucho sobre el roscón tostado. El granulado de azúcar es facilísimo de hacer. Simplemente pon azúcar en un plato o sobre papel de horno y échale un poquito de agua. Se formarán grumos. Déjalos secar y luego los puedes machacar para que queden lo grandes que te gusten. Es muy importante hacerlo todo con delicadeza porque la masa del roscón es blandita y si no la podemos hundir.
Horneando: La temperatura de la receta me parece un poco baja y hace que el roscón no suba lo suficiente. Yo lo puse a 190º los primeros 10 minutos y a 175º el resto del tiempo. También es conveniente poner un recipiente con agua dentro del horno para que no se reseque el roscón. Ah, y no abrir la puerta del horno durante el horneado porque se baja el roscón.
Para ser la primera vez, ¡¡tiene una pinta buenísima!! Y ahora, ¡a esperar a los reyes!