El otro día escuchaba por la radio que en un futuro no tan lejano, podremos insertarnos unos microchips de información. “Que quiero aprender una ingeniería, pues los chips que sean necesarios, hala, y ya sé todo lo necesario de cálculo de materiales, de física, de matemáticas…” La verdad es que sentí una mezcla de fascinación y miedo de pensarlo.
Todavía no estamos en ese nivel pero es verdad que aunque no tengamos toda la info en el cerebro sí la tenemos prácticamente en la palma mano. Con los móviles, internet y google tenemos un acceso a la información brutal. Quizá no tan ordenada como nos gustaría pero claramente instantánea y ubicua. Como dice mi padre, con internet, se acabaron las apuestas de salón 🙂
En ese sentido, soy una firme convencida de que para el futuro, lo más importante va a ser no tanto tener mucha información, si no ser capaz de relacionarla. Por eso creo que va a ser más importante enseñar a los niños habilidades frente a conocimientos. Y entre esas habilidades, enseñar a los niños a pensar.
Por eso, cuando mi amiga Cecilia me dijo que había montado Broks me pareció una gran idea. Son unos divertidos juegos de construcciones que potencian la imaginación y la resolución creativa de problemas en los niños. Unos juguetes que ayudan a pensar. Cada set está compuesto de entre 60 y 120 piezas y plantea 10 retos de construcción para los niños.
Es decir, con las mismas piezas, pueden realizarse desde simples animales o figuras hasta más complejas como naves, coches o máquinas. A parte de todo lo que ellos por si mismos quieran probar y construir porque además todas las piezas de los distintos sets son compatibles entre sí. Como me decía Ceci cuando me lo contaba…
Las estructuras que se pueden construir permiten utilizar piezas como poleas, engranajes, ruedas, ejes o articulaciones posibilitando entender la base de su funcionamiento. Se trata de utilizar la imaginación y armar lo que han diseñado, con sus manos y las piezas disponibles. La prueba y error que experimentan al conectar los distintos componentes les estimula el pensamiento lógico y el desarrollo cerebral.
Dos de los sets, Happy Zoo y Future Land están recomendados a partir de los 3 años.
Mad Race, que es algo más completo, desde los 4 añitos.
Yo todavía estoy en la fase de que lentejita ponga un cubo encima de otro pero me lo apunto desde ya para regalárselo dentro de un par de años. Que además seguro que le gusta también a su padre y se pasan horas entretenidos… mientras, yo leo tranquilamente en el sofá… 🙂
Contadme, ¿los conociais ya? ¿qué os parecen los juegos de construcciones? ¿creéis que los niños están aprendiendo a pensar? Me encantaría saber vuestra opinión.