El otro día se puso en contacto conmigo una caza talentos. Cosa rara porque al estar trabajando en mi propio proyecto, ando fuera del circuito. Supongo que alguien le pasaría mi contacto o me encontraría en Linkedin.
Durante una época de mi vida profesional cometí el error de estar tan contenta con mi trabajo que iba “con orejeras” y no escuchaba al mercado. Ahora ya no. Le llamé para que me contara. El proyecto pintaba como algo interesante, bastante distinto de los puestos habituales de marketing en multinacionales. No pude enterarme de todos los detalles porque antes de seguir con más llamadas y entrevistas, le confesé que en estos momentos mi intención era seguir dedicada profesionalmente a dommuss.
En cualquier caso, resolví que escuchar había sido buena idea porque me había hecho re-evaluar mi situación y reafianzarme en mi decisión. Analicé la oferta siguiendo los siguientes criterios que considero que hay que tener en cuenta para valorar una oferta de trabajo.
Los quiero compartir contigo porque te pueden resultar muy útiles para evaluar tu actual trabajo, una oferta futura e incluso para pensar contigo mismo qué es lo que quieres y así enfocar tu carrera en ese sentido.
Criterios para elegir un trabajo o valorar una oferta de trabajo
Desarrollo profesional: Como estamos valorando el ámbito profesional, primero hay que entender qué supone el trabajo que hacemos o que nos proponen respecto a nuestra carrera. Entender si nos va a hacer crecer y si nos va a hacer apreciarnos en el mercado.
- Posición y responsabilidades: Lo más básico es pensar qué posición nos ofrecen y qué responsabilidades conlleva. Si es algo que podemos hacer con la gorra o que incluso podría hacer alguien con menos formación y experiencia que nosotros o si por el contrario, es algo que supone un paso más de aprendizaje, un reto que nos puede hacer crecer. Y también, por supuesto, si nos llama y nos atrae. Como nos hace sentir: si nos resulta atractivo y nos apetece y nos vemos desempeñando ese puesto.
- Organización, equipo: ¿Qué puesto ocupamos o ocuparíamos dentro del organigrama de la empresa?. No es lo mismo ser director de marketing pero tener un director comercial por encima que a la vez rinde cuentas a un director de operaciones que trabajar directamente para el director general. El nivel de influencia y responsabilidad es muy diferente. Igual que no es lo mismo tener un becario que trabaja con nosotros que un equipo con varios ejecutivos.
- Sector y empresa: El sector puede ser más o menos interesante y tener más o menos futuro y es importante valorarlo también. A lo mejor, en un momento dado en el sector que estás trabajando está pasando una mala época (como el inmobiliario ahora) y resulta una oportunidad extraordinaria poder ampliar curriculum en otro sector para tener un curriculum más atractivo para el futuro. Lo mismo sucede con la empresa. También es importante entender si la empresa o el sector persigue unos valores con los que uno se siente identificados. A mi, por ejemplo, me costaría mucho trabajar en una tabacalera. Si no me quedase más remedio, lo haría, por supuesto. Pero no es el sector que eligiría.
- Formación: Me parece importante valorar qué opciones de formación tanto interna (talleres, cursos, cultura de coaching) como externa puede ofrecer la empresa.
He creado una nota en dommuss para resumirlos porque también es interesante poder llevar los criterios en el móvil para poder repasarlos antes o durante una entrevista y asegurarnos de que no nos dejamos ninguna pregunta sin resolver.
Calidad de vida: El desarrollo profesional es muy importante pero también lo es entender qué impacto va a tener ese trabajo en nuestra calidad de vida:
- Poder adquisitivo: Por supuesto, la mayoría de nosotros trabajamos por dinero. Por eso el sueldo es uno de los aspectos básicos a tener en cuenta. También todos los otros beneficios que se traducen en menos gasto: seguros médicos, coche, gasolina, seguro automóvil, cheques comida, etc.
- Conciliación: Fundamental entender todo aquello que interfiere en el tiempo que podemos dedicar a la familia. Es decir, qué jornadas de trabajo vamos a tener, si vamos a tener que viajar o no, si hay políticas de flexibilidad, teletrabajo, etc.
- Impacto en el día a día: Más allá de las horas que estemos en la oficina, hay que valorar también cómo ese trabajo puede afectar en nuestro día a día. Por ejemplo, el transporte a la oficina, ¿cuánto tiempo nos va a suponer?. El ambiente de la oficina, ¿es agradable? El estrés del puesto ¿nos va a afectar mucho? ¿nos quitará el sueño?
El ejercicio ideal es valorar primero todos estos aspectos sin pensar en ningún puesto en concreto para entender la importancia que les damos. Esto puede variar en función de la época de nuestra vida. La mayoría valoramos mucho más el crecimiento profesional en la veintena y a partir de cierto momento, pensamos más en el poder adquisitivo (hay que pagar alquileres o hipotecas y facturas) y cómo nos permite ese determinado puesto de trabajo organizarnos con respecto al resto de nuestros quehaceres. Obviamente, lo ideal sería que todo fuera de 10 pero hay que ser realistas y saber que lo normal es que ningún trabajo cumpla todos los requisitos a la perfección.
Puedes valorarlo con un sistema de +. Pones más signos de más en los que más te importen, con una escala numérica (del 1 al 5, por ejemplo), o simplemente verbalizando lo que querrías. Por ejemplo, un sueldo de x€, un trabajo al que no tarde más de 20 minutos desde casa, etc.
Una vez hecho este primer ejercicio, podemos pasar a valorar el puesto en el que estamos o el que nos ofrecen y ver si encaja con lo que previamente hemos marcado nosotros como más relevante.
Os dejo con la plantilla que he preparado para que podáis hacer vuestra valoración. Podéis descargarla aquí.
Contadme ¿os parece interesante? ¿os ha servido el ejercicio? También me encantaría saber si vosotros tenéis en cuenta algún otro criterio a la hora de valorar un trabajo.
P.D. Puedes leer todos nuestros post sobre conciliación en nuestra sección dedicada a este tema.