Desde qué decidí dar un giro a mi vida profesional, cuando dejé mi trabajo en una multinacional para dedicarme a lanzar dommuss, he estado reflexionando mucho sobre la productividad. ¿Por qué? Porque por un lado la productividad es uno de mis puntos fuertes y a lo que me dedico -Dommuss, mi proyecto al que dedico tantos sueños y energías, es una herramienta de productividad y como consultora de marketing suelo ejercer como directora de proyectos. Pero también porque había aprendido que la productividad tenía un lado oscuro cuando mi capacidad por hacer muchas cosas me llevó a no ser capaz de disfrutar de ninguna, como comentábamos cuando os hablé de la trampa de la productividad.
Y llevo por tanto casi 3 años pensando en este tema y en cómo encontrar un equilibrio entre la capacidad de hacer las cosas de forma más eficiente sin acabar imbuida por su inercia perversa. Creo que lo he encontrado, la productividad bien entendida, lo que he pensado en llamar la productividad slow.
No nos engañemos, ser productivos es una virtud. En la sociedad multiactividad en la que vivimos es casi inevitable tener que hacer varias sino muchas cosas en tu día a día -salvo que seas lo suficientemente valiente para retirarte al campo y te guste ese estilo de vida, claro. Pero hay que entender cómo podemos entender la productividad para que nos ayude a hacer lo que tenemos que hacer y no nos lleve a seguir acumulando mini obligaciones, tareas y compromisos. Durante todo este tiempo, he identificado cuatro claves para conseguir esta productividad slow:
1. Pregúntate el “para qué” detrás de lo que haces
Es importante dar significado a las cosas que hacemos, saber para qué realmente estamos haciéndolas. Así que cuando te veas inmerso en una espiral de to dos interminable pregúntate para que haces cada cosa. Pero no sólo una vez. Muchas. Hasta que llegues a la respuesta de verdad.
Por ejemplo: “Tengo que entregar este informe mañana sin falta” ¿para que´? “Para poder poner en marcha las estrategias que creo que son adecuadas para la empresa”; ¿para qué? “Porque así el año que viene el negocio irá mejor”; ¿para qué? y en este para qué seguramente ya empieces a profundizar y las razones pueden ser miles -porque quiero hacer carrera en esta empresa, porque quiero que los demás reconozcan mi trabajo, porque quiero impresionar a mi jefe, porque quiero un ascenso porque quiero más nivel de vida para cambiar de casa, porque quiero aprender mucho de negocio para montar mi empresa…. Todas estas razones, todos estos propósitos son perfectamente válidos, depende de lo que cada uno considere prioritario y quiera conseguir, pero lo importante es enfrentarse a la realidad y ver con claridad si realmente las cosas que estás haciendo tienen sentido para conseguir lo que anhelas o no.
2. La importancia del proceso – hay que disfrutar del viaje
Este es un mantra que me repito últimamente mucho. En la sociedad en la que vivimos, sobre todo hace ya unos años -yo creo que esto está cambiando- se premia mucho los resultados. En muchos casos hasta se cumple eso de que el fin justifica los medios. Si se consigue incrementar la cifra de negocio aunque hayas decepcionado a tus consumidores y hayas destrozado a tu equipo, parece que en muchas organizaciones vale.
Soy una firme defensora de poner en valor la importancia del proceso. Conseguir las cosas está bien pero también es importante hacerlo de la manera correcta, quedarse con un buen sabor de boca, hacer conexiones interesantes por el camino y disfrutar del proceso. ¡Que para eso estamos, para disfrutar!
3. No identifiques error con fracaso sino con aprendizaje
Hay dos formas de enfrentarse al error. Aquellas personas que lo ven como un fracaso absoluto y otras que, obviamente, sin que les guste equivocarse, lo ven como un aprendizaje para la siguiente vez hacerlo mejor. Esta distinción la explica perfectamente el libro de las coaches Silvia Guarnieri y Miriam Ortiz, No es lo mismo, que me recomendó un compañero coach en uno de los últimos proyectos que he trabajado como consultora de marketing. El libro es interesantísimo y os lo recomiendo si os gustan ese tipo de lecturas de hacer pensar sobre conceptos del día a día.
Como explican en el libro, la forma con la que te te enfrentes al error afecta muchísimo a tu actitud en la vida. Porque si ves el error como un fracaso, intentarás evitarlo a toda costa por lo que tenderás a ser mucho más conservador, a asumir menos riesgos a no salir de tu zona de confort. Y si lo ves como un aprendizaje todo lo contrario.
4. Sé suficientemente flexible
Y por último, las prioridades cambian, la vida cambia y no se puede muchas veces cumplir con todo lo que se tenía previsto. Bueno, pues no pasa nada. Has puesto todo de tu parte. Hay días en los que todo va rodado y otros en cambio, que parece que no cunden, o que te despiertas con menos energías o que surge algún inconveniente inesperado. Pues ya se harán al día siguiente o al otro, cuando se puedan. Si tienes claras tus prioridades y los para qué haces las cosas, todo irá saliendo. Recuerda que también hay que disfrutar del proceso.
Espero que os sirvan estos aprendizajes y que entre todos, persigamos esta productividad slow, poco a poco consigamos una forma de trabajar y de vivir en la que sepamos para qué hacemos las cosas, disfrutemos también del proceso, aprendamos de nuestros errores y nos demos margen para adaptar nuestro día a día y disfrutar.
Que si!, que llevas toda la razón del mundo, Que lo más importante es conocer cuales son tus prioridades.
Y si tu prioridad por ejemplo, es cenar con tu pareja y tus hijas/os, porque es el único momento del día en el que casi siempre estáis todos, pues eso, … si surge algo que te lo puede impedir, preguntate: -“¿Para que?
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Hola Antonio: Pues lo tienes claro 🙂
Mil gracias por la reco del icono del whatsapp. Voy a ver si soy capaz de incluirlo.
Ya he sido capaz de incluir el botón de compartir de whatsapp. Gracias!!
Me encanta ver que disfrutas de tu vida y que compartas tus aprendizajes. Vas a tener que venir a darnos una charla que ayudará a muchos. Un beso fuerte
Tú sabes bien a lo que me llevó la trampa de la productividad. Y como dices, ahora estoy mucho más centrada en disfrutar y eso ayuda mucho a priorizar. Todo lo que humildemente pueda compartir de mis aprendizajes si puede ayudar a otros, yo encantada. Un beso fuerte!!!
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