Cuando os preguntaba hace unas semanas sobre qué temas queríais que tratara, algunos me comentasteis que os gustaría que hablase de temas relacionados con las finanzas familiares o personales, ahora que el tema económico seguramente va a ser un tema de mayor preocupación para muchas familias.
Ya he escrito algunos post anteriormente sobre las finanzas familiares que podéis encontrar en la sección de Planificación financiera familiar de este blog.
Hoy os quiero compartir 4 sencillos pero poderosos hábitos para gastar menos en nuestro día a día. A lo mejor en esta época puede ser que queramos ponerlos en práctica porque nuestros ingresos se han vistos reducidos, pero aunque sigamos manteniendo los ingresos, es siempre bueno entender si podemos gastar menos, para ahorrar más.
Porque cuanto más consigamos ahorrar, más podremos invertir. Por tanto, más colchón financiero, es decir, seguridad y tranquilidad tendremos si llega una época es más complicada. O antes alcanzaremos la famosa libertad financiera que está tan en boga ahora :). Los hábitos que os propongo son los siguientes:
#1. Análisis de la discrecionalidad e idoneidad de nuestros gastos: Lo primero, es hacer una auditoría de nuestros gastos y un análisis para determinar cuáles son imprescincibles y por tanto no se pueden reducir o no queremos reducir o cuáles son más prescindibles y los podríamos incluso reducir o, por lo menos, optar por una versión más económica. Para ello, nada mejor que revisar en qué nos lo gastamos cada mes -podéis usar la plantilla que os facilitamos en este post.
En realidad, este momento de post-confinamiento es bastante apropiado para hacer este ejercicio porque durante unos meses hemos dejado de hacer muchas cosas que hacíamos y hemos consumido mucho menos. Por lo tanto, hemos roto con la inercia de ciertos hábitos o consumos y los podemos evaluar con más objetividad. Yo, por ejemplo, iba a un gimnasio que me encantaba pero entre el trabajo, la familia, dommuss, etc, al final iba un día a la semana o como mucho dos. En muchos momentos me pensé dejarlo porque claramente no lo amortizaba, pero era el lujo que me permitía a mi misma. Durante el confinamiento no he ido al gimnasio y realmente he concluido que no tiene sentido gastar ese dinero si no lo puedo realmente aprovechar.
#2. Control periódico de los gastos: No sólo se trata de hacer una auditoria, es decir una foto puntual para hacer un análisis. Lo ideal es poder hacer un control mensual o con cierta frecuencia de nuestros gastos para estar pendiente de esos gastos que se nos cuelan o de cuándo se nos está desviando una partida demasiado y tenemos que empezar a cortar el grifo.
Yo intento hacerlo cada mes, a veces lo hago cada dos meses. Y muchas veces descubro cosas. Por ejemplo, esos cargos que sin avisar te empiezan a incluir en las facturas telefónicas por servicios que no has solicitado, o, esa suscripción que hice durante el confinamiento a una página de actividades y ejercicios de matemáticas para mi hija mayor que ahora en vacaciones no vamos a usar y tengo que darla de baja. O de repente, algún mes que he gastado un montón de dinero en ropa y que si no me hubiese puesto a sumarlo, no me hubiera dado cuenta.
Hacer estas revisiones te hace ser más consciente de en qué te gastas realmente el dinero.
#3. Planificar las compras para no caer en la compra por impulso: Hoy en día es muy fácil comprar: “lo quiero, lo tengo”. Está todo tan accesible, al golpe de un clic, para recibirlo en horas o días y financiarlo en cómodos plazos (el otro día veía financiación para incluso unos zapatos). Es mucho más fácil comprar, que no hacerlo. Lo complicado es resistirte a la tentación.
Al final, muchas veces obedecemos a un impuso pero no a una verdadera necesidad o deseo. Por lo que lo que compramos, finalmente no lo usamos y lo único que hacemos es aumentar la lista de cosas que tenemos en casa que luego hay que ordenar, mantener e incluso deshacerse de ellas. Mucho trabajo para algo que realmente no queremos.
Estos meses yo he estado probando una práctica que me ha ayudado a comprar sólo cosas que realmente quiero y lo he hecho con uno de los módulos de dommuss: la lista de deseos.
Cuando quiero algo, lo apunto en una lista de deseos que he creado en mi dommuss y comparto con mi marido (así también él sabe por si le preguntan para algún regalo o quiere sorprenderme). Y ahí lo dejo una temporada para solamente comprarlo en algún momento en el que tenga un extra o sea una ocasión especial (mi cumpleaños, Navidades). Y he visto que esto tiene dos efectos positivos:
- Con el paso del tiempo me doy cuenta de si realmente lo quiero o fue una idea pasajera que ya no me interesa.
- Si realmente es algo que sigo queriendo, cuando lo compro o me lo regalan, me hace mucha más ilusión.
#4. Aprovechar las rebajas y descuentos: Y esta lista de deseos, puede perfectamente convertirse en nuestra lista para las rebajas. Porque si no es algo que necesitamos con mucha urgencia y pensamos que aguantará, perfectamente podemos esperar para comprarlo en rebajas. En este post comparto 4 técnicas para aprovechar las rebajas con sentido.
Y también hay que aprovechar otros descuentos que tengamos a mano. Recordad que en dommuss buscaremos ofertas especiales que os puedan resultar interesantes. Si no tenéis todavía la app, la podéis descargar para iOS o para Android.
Ah, y simplemente recordaros que también podéis manteneros al tanto de las últimas publicaciones y consejos para el día a día en familia en nuestro perfil de Instagram.
Y vosotros, ¿qué trucos o hábitos estáis poniendo en marcha para gastar menos?