¡¡Este fin de semana celebramos el baby shower!! Algunos os preguntareis qué es un baby shower. En español sería la fiesta premamá. Básicamente es una fiesta que organizan las amigas o familiares a la futura mamá para celebrar el próximo nacimiento y darle regalos para el pequeño/a. En realidad no hay mucha tracición en España, es más bien una idea importada de Estados Unidos aunque en muchos otros países y culturas se celebran fiestas de este estilo.
El caso es que es una buena excusa para reunirte con amigas, pasar una tarde de chicas, hablar del embarazo y del bebé con otras mamis y pasárselo pipa. Desde luego nosotras nos lo pasamos genial ¡me pareció un planazo!. Además, somos tres amigas del mismo grupo que estamos embarazadas a la vez así que fue todavía más divertido.
Llegamos a merendar a casa de una amiga y nos la encontramos totalmente preparada para el evento, decorada con nubes y lazos y con una merienda apropiadísima de Martina Cake Land con batidos, cake pops (como unas piluretas de tarta), cup cakes (las magdaletas con frosting que están tan de moda), galletas, chocolatinas… Queda tan bonito todo que da hasta pena comérselo.
Estuvimos merendando, poniéndonos al día, comentando dudas de las cosas que teníamos que comprar con las mamis… Y luego, ¡¡¡empezó la competición!!!. Habían organizado juegos para las futuras mamás.
Juegos para un babyshower o fiesta premamá
Creo que quizá esta fue la parte más divertida de la tarde… Hay que ver lo patosa que puedo llegar a ser sin preparación y con presión :).
1. Habilidad pañalera: el primer juego consistía en comprobar quién tardaba menos en cambiar a un bebé. Como somos muy primerizas, probamos con un muñeco (menudos zarandeos si no se hubiera llevado el bebé). Ganó mi amiga María que es pediatra y partía con mucha ventaja.
Yo he de decir que más me vale espabilar porque si no cuando tenga que cambiar 10 pañales al día no me va a dar tiempo a hacer mucho más. Creo recordar que tardé unos 2 minutos… y eso que como era un muñeco no lo hice con excesivo cuidado. Se nota que no cambio pañales desde que no tengo primos pequeños, hace ya mucho tiempo 🙂
2. Paladar entrenado para babies: A mi esta me encantó aunque he de reconocer que es un poco asquerosita. Nos vendaron los ojos y nos dieron a probar potitos infantiles: uno de merluza y arroz (buajj!!) y otro de verduras de la huerta y ternera. La verdad, ya nos podían haber dado uno de frutas por lo menos.
Aquí he decir que quedé mejor parada y mi paladar demostró que está preparado: identifiqué claramente que el primero era de pescado con algún tipo de guarnición y que el segundo era ternera con verduras. Aún así no estuve a la altura de mi amiga Diana, que fue capaz de concretar que el primero era merluza ¡increible!. De aquí, a top chef.
3. ¿Logísitica lista? La tercera prueba, sin duda, fue la más dura. Había que plegar y desplegar un carrito. Madre mía, yo tengo pesadillas con el tema logística de bebé y con esta prueba tenía sudores fríos…
La verdad es que además de reirnos muchísimo, realmente fue bastante práctico. El día que me tenga que enfrentar al carrito iré ya algo más tranquila.
Por último tocó el turno de los regalos: nos equiparon con una video cámara para vigilar al bebé que ya la quisiera Carrie en Homeland. ¡¡Tiene hasta infrarrojos para la visión nocturna!! Yo ni sabía que existía algo tan sofísticado. Estoy segura de que va a ser muy útil para esos ruiditos nocturnos que no se sabe si está el bebé despierto o soñando… Nos evitarán más de una visita a la cuna. También nos regalaron unos conjuntitos de ropa preciosos. ¡¡¡Es que es todo taaaan mono!!!
Conclusión: aunque puedan ser un poco americanada, merecen la pena las fiestas premamá. Y vosotras, ¿habéis ido a alguna?