Ya el otro día inauguramos la sección de recetas con herencia para conmemorar todas esas recetas que son especiales en una familia y que merece la pena conservar. Hoy os traigo una una receta propia del verano: un pastel de bonito. Es una receta que me ha enseñado mi madre pero que en realidad es de mi abuela paterna. Así que es totalmente una receta heredada.

No es muy difícil pero que requiere cierto tiempo. Lo mejor es prepararla el día antes, y es perfecta para servir a invitados porque es original y se puede tener preparada de antemano.

Ingredientes para el pastel de bonito

Estos ingredientes dan para un rollo de pastel, como para unas 4 personas. Si queréis podéis duplicar la receta para hacer dos rollos y congelar uno de ellos porque se conserva perfectamente.

• 500 gr de bonito fresco. Pedirlo limpito, sin piel, pero que os conserven las espinas.
• 1/2 lata de aceitunas rellenas
• 1 ó 2 pimientos del piquillo, de pende de cómo sean de grandes.
• 1 cucharada de tomate frito
• 1 huevo
• pan rallado
• jerez o vino blanco, cebolla y pimienta.

Preparación

Primero hay que preparar el bonito. Para ello se repasa que no tenga piel, se retiran las espinas y se corta en lonchas de un dedo de grosor. Después, con un tenedor, vamos aplastando cada una de las lonchas para que se desmigue. Se va echando todo en un bol donde vamos a mezclar toda la masa del pastel. Para que os hagáis una idea de cómo tiene que quedar, pensad que el bonito aplastado o desmigado tiene un poco el aspecto de carne picada.

Al bonito se le añaden las aceitunas (cortadas por la mitad), el pimiento troceado, el huevo, la salsa de tomate, sal y un par de cucharadas de pan rallado. Se mezcla todo bien con el tenedor y se acaba amasando con las manos para que la mezcla quede bien homogénea.

Se corta un trozo de papel de plata y se espolvorea con pan rallado. Encima se coloca la masa y se le da forma de rollo. Se cierra el papel de plata haciendo presión para que la masa quede lo más compacta posible. Ya está el rulo preparado. 

Ahora toca cocerlo al vapor. Para agilizar, lo haremos en la olla express. Preparamos en la misma olla un caldo corto: un par o tres dedos de agua, un chorrito de jerez o vino blanco, las espinas que nos hayan sobrado, una bolas de pimienta negra y un trozo de cebolla cortada. Sobre el caldo, colocamos la rejilla para cocer al vapor.

Si no tenéis rejilla para cocer al vapor podéis comprarla en cualquier ferretería o tienda de menaje. También la he encontrado en Amazon en este link.  Como veréis, básicamente es una rejilla que tiene unas patitas para estar a unos centímetros del fondo de la olla, en el que se coloca agua o caldos gracias a los cuales se cuece al vapor. A parte de para este tipo de pasteles, es muy útil también para cocer verduras.

Cocéis el pastel 20 minutos en las ollas express normales y 10-12 minutos en las “perfect” o súper rápidas.

Una vez cocido, se saca y se deja enfriar una o dos horas. Después se prensa poniendo dos o tres kilos de peso encima también durante 3 horitas por lo menos. Para prensarlo, yo suelo poner una tabla y briks de leche encima pero mi madre pone una olla con agua e incluso creo que hay ediciones del Quijote que también dan buen resultado ;). Se saca para ver que haya quedado suficientemente compacto.

Finalmente se envuelve de nuevo en papel plata y se deja enfriar en la nevera hasta que se vaya a tomar. Para sevirlo se corta en rodajas como si fuera un fiambre y se acompaña de mayonesa o salsa rosa. En casa casi siempre lo tomamos con ensalada de arroz.

¡¡¡Espero que os guste y la pongáis en práctica!!! Para mí, ¡¡es un hit!! Está buenísima y es una forma diferente de tomar pescado.