Hace unos meses, cuando asistía a la presentación del informe del Observatorio efr (empresas familiarmente responsables) de la fundación Más Familia, de la que dommuss es miembro, oí por primera vez el concepto de integración de la vida familiar y laboral en lugar de conciliación de la vida familiar y laboral.
Integrar me parece un término más adecuado.
¿Qué diferencia hay entre conciliar la vida familiar e integrarla?
Según la RAE, conciliar significa según la primera acepción “Componer y ajustar los ánimos de quienes estaban opuestos entre sí” y según la segunda “Conformar dos o más proposiciones o doctrinas al parecer contrarias.” En cualquiera de los dos casos está hablando de alguna manera de acercar campos opuestos o contrarios
En cambio, integrar tiene, entre otras, las siguientes acepciones: “Dicho de las partes: Constituir un todo”; “completar un todo con las partes que faltaban” o “aunar, fusionar dos o más conceptos, corrientes, etc., divergentes entre sí, en una sola que las sintetice.” Es decir, está mucho más enfocado en que existen distintas partes que hay que de alguna forma unir.
Por eso creo que tiene más sentido hablar de integrar que de conciliar la vida familiar porque aunque a veces es verdad que el trabajo y la familia puedan tirar en direcciones contrarias, en el fondo las dos actividades son parte de la vida.
Creo que tiene todavía más sentido cuando eres autónomo o tu propio jefe porque entonces no hay un tercero cuyos intereses ejercen presión en ninguna dirección, eres tú mismo quien decide. Y yo a veces voy al dentista a las 10 de la mañana, en horario “laboral” y otras escribo un post el fin de semana.
Y poco a poco, para todo el mundo. La forma de trabajar está evolucionando. El hecho de que los trabajos tiendan a ser cada vez menos de producción (generar unidades) y más ejecutivos (generar resultados), el hecho de que la tecnología esté borrando las fronteras entre la oficina y fuera de la tecnología, hacen que aunque no queramos, el fichar se va a acabar y el trabajo cada vez está más integrado en nuestras vidas.
También creo que es mejor hablar de integración porque con la conciliación se plantea una lucha antagónica entre el trabajo y la vida familiar. Pero en realidad, el trabajo compite por tiempo con nuestra vida personal en general, ya sea atender a nuestra familia (si la tenemos) o relajarnos con nuestros hobbies, o ejercitarnos para encontrarnos bien.
Al final se trata de priorizar qué facetas son importantes para uno en la vida e integrarlas de manera que te haga sentirte mejor y ser más feliz. Y no hay que tomar una decisión inamovible, a lo largo de la vida unas facetas tomarán más fuerza que otras y podemos perfectamente adaptar nuestro modelo. De esto ya hablamos en el primer post sobre conciliación: vida personal, familiar y laboral.
Y vosotros, ¿sentís que conciliáis o integráis? ¿Qué creeis que tiene más sentido? ¿Os habéis planteado seriamente vuestras prioridades? El próximo día, hablaremos precisamente de eso, de priorizar.
P.D. Puedes leer todos nuestros post sobre conciliación en nuestra sección dedicada a este tema.
Suena mejor, y anima positivamente!